Fauna / MAYO 29 DE 2023 / 3 meses antes

Espectacular encuentro entre un guardabosques y el Toro Bambú Colombiano

Autor : Daniel Alejandro Restrepo Tabares

Espectacular encuentro entre un guardabosques y el Toro Bambú Colombiano

Este fascinante registro se hizo en un predio de conservación de la Fundación ProAves, ubicado en el municipio de Génova.  Foto : Fotos Cortesía: Sergio Raúl Cruz Suazo -Fundación ProAves

Este roedor fue descubierto en 1879 y después de casi 150 años solo se conocen 17 registros en los Andes de Colombia y uno en Ecuador.

Desde hace mucho tiempo la misión de Sergio Raúl Cruz Suazo ha sido la de administrar 2 reservas en el municipio de Génova velando, desde su trabajo como guardabosques, porque la fauna del lugar sea respetada y no entre en conflicto con el ser humano.

Todo el duro trabajo que realiza diariamente se vio recompensado hace pocos días cuando trabajaba en la reserva conocida como Loro Coroniazul de la Fundación ProAves y se encontró con un roedor conocido como el Toro Bambú Colombiano (Olallamys albicadus), una especie de la que poco se conoce dado que, desde hace 150 años cuando fue descubierta, solo se tienen en Colombia 17 registros, el más reciente se dio en Ecuador.

El guardabosques cuenta que en una de sus habituales salidas de campo las cuales realiza semanalmente para observar las aves presentes en la zona, que es el principal campo de acción de la Fundación ProAves, observó por la orilla del sendero que frecuenta, un roedor a 20 metros de distancia que estaba comiendo cogollos de bambú.

Inicialmente pensó que se trataba de un ratón, pero al ir acercándose más se percató de que su tamaño era demasiado grande e incluso tenía las dimensiones de un curí. “Me fui acercando lentamente, haciéndole algunas fotos con mi cámara porque, entre otras cosas, también soy fotógrafo de naturaleza, y me sorprendió porque él en ningún momento le asustó mi presencia al punto ya a pocos centímetros de él le pude hacer unos buenos registros, incluso él voltio y me miró y sintió como esa curiosidad de acercarse a mí, me comenzó a olfatear y se me subió hasta el hombro”, narró con gran emoción Sergio Cruz.

Una vez compartió varios minutos con este roedor y observar detalles de su comportamiento, decidió bajarlo al suelo donde estaba comiendo y su comportamiento siguió siendo de no asustarse ante la presencia humana, por lo que inclusive siguió comiendo y al poco tiempo se escabulló entre los bosques.

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Hay pocos registros del Toro Bambú Colombiano y los estudios sobre este roedor son mínimos, hay información deficiente es muy difícil encontrarlos y en este momento es casi endémico en Colombia solo hasta principios de año hicieron un registro en Carchi, Ecuador, por los lados de Nariño”, narró el guardabosques.

Cruz Suazo relató que para él es motivo de satisfacción y orgullo el haber tenido esta experiencia que recompensa todo el arduo trabajo que realiza como guardabosques. “La función de un guardabosques no es nada fácil. Hay que caminar bastante, hacer vigilancia de los linderos, explorar mucho, hay que tener mucha paciencia en el trabajo y para uno está muy satisfactorio tener este tipo de encuentros, es algo muy enriquecedor porque esto es muy importante para la ciencia y para hacer proyectos de conservación de estas especies tan poco vistas”, enfatizó el guardabosques de la Fundación ProAves.

Desde la entidad informaron que “El Toro Bambú Colombiano es un roedor grande y distintivo con pelo suave y largo y una cola excepcionalmente larga con una punta blanquecina audaz. El cuerpo es de color marrón rojizo brillante, mientras que el vientre es blanquecino. La especie es prácticamente desconocida en vida y se considera casi endémica de Colombia con la mayoría de los registros alrededor de Bogotá y solo unos pocos de la Cordillera Central con un registro en la frontera de Colombia con Ecuador”.

Señalaron, además, que la reserva ProAves Loro Coroniazul y las áreas adyacentes se consideran un sitio de Alliance for Zero Extinction debido a su importancia mundial para las especies y sus hábitats en peligro de extinción.

“Esta especie es tan rara que los expertos no están seguros de cuán amenazada está, pero su afición por los matorrales de bambú dentro del bosque nuboso altoandino, un hábitat único en gran riesgo por la tala para la agricultura y el cambio climático, significa que este mamífero está ciertamente en peligro de extinción”, informaron desde la entidad.

Con este descubrimiento la Fundación ProAves planea realizar estudios para evaluar la población y determinar cómo se puede salvar de su extinción.




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