Aunque la mayoría de las EPS también entregan medicamentos a domicilio y tienen sus portales para trámites virtuales, las extensas filas se evidencian a diario.
Nelson Sabogal Herrera es un adulto mayor discapacitado que se moviliza en una silla de ruedas. Ayer se desplazó en ella desde el parque Cafetero hasta la sede de Medimás en Fundadores para que le autorizaran el cambio de su medio de transporte. Asegura que llegó allí desde las 9 a. m. y a las 2:30 p. m. no lo habían atendido. Mientras tanto la fila se extendía varias cuadras y las personas, muchas de avanzada edad, se aglomeraban sin guardar las debidas distancias.
Ese es tan solo uno de muchos casos de ciudadanos de la tercera edad que deben soportar largas esperas al sol y al agua en las EPS para tener una orden que les permita reclamar sus medicamentos o acceder a un tratamiento médico.
Ayer, Hildebrando López hacía una larga fila en la sede de Sanitas en Fundadores para pedir el cambio de régimen subsidiado y aunque no estaba de acuerdo con estar ahí, decía que lo hacía por la necesidad de conservar su salud a pesar del peligro de contagio de la Covid-19 al que se exponía.
César Cacheo Rodríguez esperaba su turno para que en Medimás de la carrera 12 #1A norte-20 le autorizaran una cita con el cardiólogo. En esa labor llevaba una hora y delante de él había 10 personas.
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