Solo se permite un 30 % del aforo. En el caso de Cinemark en Armenia, de las 1.230 sillas disponibles solo se pueden usar 364, explicó Juan Guillermo Henao, gerente de la cadena de cines en Armenia.
“Es chévere volver a cine porque llevamos mucho tiempo sin poder hacerlo”, dijo Vanesa Vargas, quien fue la primera persona en comprar boletas y en reservar sillas para una función del fin de semana.
Toda una película de terror vivieron los empresarios de las salas de cine y los teatretos, así como sus visitantes. La pandemia obligó a que durante 8 meses estos escenarios estuvieran cerrados debido a la Covid-19.
Por tal razón, 7.000 empleados de la industria del séptimo arte a nivel nacional debieron quedarse cesantes, según Pablo Umaña Cuéllar, presidente de Cinemark en Colombia.
Sin embargo, ayer reabrieron sus puertas algunos cines y teatros del país y los primeros en hacerlo en Armenia, aplicando todos los protocolos de bioseguridad, fueron Cinemark y el tradicional Teatro Azul.
“Los productos de las confiterías solo se pueden consumir en las salas de cine porque hemos comprobado que con nuestros aires acondicionados disminuimos el riesgo de contagio. Hasta ahora no ha habido el primer infectado registrado en el mundo en una sala de cine”, aseguró Umaña Cuéllar.
“Algo que nos deja muy tranquilos es que cuando uno está en silencio no emana tantas partículas, cuando se está cantando o gritando en un bar sí lo hace, pero uno ve una película o una obra de teatro callado”, explicó.
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