Autor : Gabriel Echeverri González/ Especial para NUEVA CRÓNICA QUINDÍO

Adalberto Zapata Gil.
Adalberto Zapata Gil, un hombre que dividió su quehacer profesional entre la docencia y el derecho, con pasos fugaces en la política y la dirección deportiva.
Ilustre pedagogo y jurista nacido en Calarcá el 16 de diciembre de 1930, fallecido en Armenia el 12 de febrero de 2012. Sus padres Rubén Zapata Robledo, natural de San Pedro de los milagros- Antioquia- y Zoila Rosa Gil oriunda de Calarcá; en dicho hogar 11 hijos: Fernando, Julio César, Ricardo, Delio, Jairo Rubén, Ismenia, Bertha, Nora, Libia, Graciela y Adalberto. Don Rubén fue administrador durante muchos años de las propiedades del rico hacendado Ernesto Sierra.
Curso sus estudios primarios en la escuela pública de Armenia, y culminó con honores en el Instituto Universitario de Manizales en 1946 el bachillerato clásico. Apenas con 16 años de edad, es nombrado maestro de escuela primaria en Salamina, no obstante, renunció y se trasladó a Santiago de Chile, donde comienza estudios superiores de odontología; permaneció dos años en el país austral y al cabo regresó a su patria para reiniciar la docencia en Pácora, Riosucio, Neira, durante un período cercano de diez años. A la postre, en 1955, fue nombrado vicerrector del colegio Robledo de Calarcá y en 1958 trasladado a la misma posición en el colegio Rufino J. Cuervo de Armenia, donde permaneció hasta 1964.
Una visión de su antiguo alumno y amigo, el eminente magistrado César Hoyos Salazar, en el segundo aniversario de su muerte: “Conocí a Adalberto Zapata Gil en el colegio San José de Armenia, en 1960. Allí fue mi maestro de literatura e historia, en grado 9 y cátedra bolivariana cuando cursaba 11(…) El profesor nos contó luego, que en 1947 había desempeñado el cargo de director de grupo de la escuela urbana de Génova, posteriormente director de grupo del colegio Deogracias Cardona de Pereira, vicerrector del Instituto Salamina, vicerrector del colegio Robledo de Calarcá y vicerrector del colegio Rufino J. Cuervo de Armenia(…) Su cátedra no se limitó al contenido del texto, sino que nos equipó con elementos de análisis lógico, histórico, sociológico y político, para observar y discernir la realidad. Su sincera, honesta y vertical posición política no derivó en una desaforada búsqueda de adeptos o seguidores. Entendió, respetó y toleró las diversas maneras de ser y de pensar de cada uno de sus alumnos y amigos (…)” ( 1).
Con Granada Mejía
El reconocido dirigente de amplia figuración en la política nacional lo invitó a ser su asistente en la ciudad de Bogotá, en efecto Zapata aceptó el ofrecimiento, renunció a la docencia y con la especial colaboración de sus paisanos, los brillantes abogados Óscar Jiménez Leal y Mario Fernández Herrera, egresados meritorios de la Universidad Externado de Colombia, ingresó a estudiar en la augusta Casa del doctor Hinestrosa y en 1969 se graduó con la tesis: Áreas Metropolitanas, dirigida por el eminente maestro Carlos Medellín Forero, sacrificado en el holocausto del Palacio de Justicia. Es oportuno mencionar las charlas en latín que sostenían el hijo de Calarcá, el erudito maestro, con el brillante rector de la admirable casa Externado de Colombia, 10 o 15 minutos de plática magistral.
Contrajo matrimonio con la distinguida dama Mariela Gil Herrera, en 1953; en dicha unión dos hijos: Diego Adalberto, fallecido en 2010; y Néstor Jairo, atildado abogado casado con la meritoria abogada Zulma Lucía Uribe Ospina, un hijo Federico y una nieta Luciana.
En el ejercicio judicial
En 1970 es designado juez penal del circuito de Calarcá y en 1971 juez penal del circuito de Armenia, en 1973 renuncia a esta responsabilidad para dedicarse a ejercer la profesión que durante cuarenta y cinco años ofició en su despacho del edificio Suramericana de Armenia, con especial solvencia intelectual, dedicación y seriedad, prácticamente hasta su partida.
Defensa ante el jurado
Arrancó su tarea vocacional ejerciendo el derecho penal y fueron famosas sus intervenciones con ilustres penalistas, donde el talento, la oratoria y el amplio conocimiento del tema, hacían vibrar las salas de audiencias. Más adelante se inclinó por el derecho administrativo y por otras áreas del litigio.
Profesor universitario
De 1970 a 1980 impartió las cátedras de derecho administrativo general y especial, así mismo, fue revisor de numerosas tesis de grado, en la facultad de derecho y ciencias políticas de la Universidad la Gran Colombia.
Lea también: Me encontré en la vida con... Graciela Arango de Baena
Escritor, lector y columnista
Por lo menos durante 15 años fue columnista del acreditado Diario El Siglo, fundado por Laureano Gómez y José de la Vega, el primero de febrero de 1936, años más tarde, lo dirigió Álvaro Gómez Hurtado y actualmente bajo la dirección de Juan Gabriel Uribe. Zapata Gil fue un gran lector y logró organizar una gran biblioteca que conserva su hijo Néstor Jairo y su nieto Federico, ambos abogados y con gran experiencia en el litigio, en su casa campestre La Grecia en Circasia. Incursionó por breve tiempo en la actividad política como concejal de la Villa del Cacique y una vez como diputado de la Asamblea Departamental, en ambos casos, en el grupo dirigido por Silvio Ceballos Restrepo.
Incursión deportiva
Fue directivo del Club Deportes Quindío, al lado de Rogebert Castro, Javier Echeverry Zuluaga y Silvio Ceballos Restrepo- ya fallecidos- entre otros; lograron contratar al famoso entrenador Luis Augusto García, ampliamente conocido como ‘El Chiqui’. Su afición al fútbol lo llevó a practicarlo y asistir a varios mundiales como México 1986, Argentina 1978, España 1982 y la Copa América de Chile como invitado especial. Su entusiasmo lo llevó a ser un abanderado de la construcción del estadio San José y fueron muchos los ladrillos que el ilustre jurista logró acumular en la tradicional cancha de Armenia.
Abogado de gran prestigio
Así lo llamó el también abogado meritorio, líder mundial de los jardines botánicos y presidente fundador del jardín botánico del Quindío, Alberto Gómez Mejía, y agregó: “Había conocido por aquellas calendas a Adalberto Zapata Gil, muy versado en los asuntos de derecho penal quién me brindó asesoría y asistencia(…) me honró con su amistad, con deferencia y amabilidad , y fue un hombre leal a sus amigos, a sus creencias, a sus convicciones y a su familia ( …) uno de los mejores seres humanos que conocí y traté fue Adalberto Zapata Gil, a quién he querido evocar con toda la gratitud que cabe en el alma, con ocasión del quinto aniversario de su fallecimiento” ( 2).
Condecoraciones
El gobernador de Caldas, Álvaro Campo posada, condecoró al doctor Zapata en 1963, a la sazón vicerrector del Rufino J. Cuervo; reconocimiento del concejo municipal de Calarcá en 1964; distinción de la Asociación Colombiana de Municipios, en Pasto, en 1966; distinción para diputados sobrevivientes, ordenada por la gobernación del Quindío en 2004; los Hermanos Maristas en 1960; además recibió reconocimientos múltiples por sus labores docentes y jurídicas.
Una de las grandes figuras de nuestra región, su sencillez y don de gentes no lo hacía sobresalir con simple apariencia, por el contrario, su abnegada capacidad de trabajo, su vocación como docente y pedagogo de postín y después su carrera como profesor universitario y litigante, lo hicieron destacar en el seno de nuestra sociedad.
Con su hijo, el apreciado amigo Néstor Jairo Zapata Gil, actual magistrado en tribunales de arbitramento en la Cámara de Comercio de Bogotá, hemos examinado con mucha emoción la existencia de su padre hecho a pulso, de su padre el ilustre maestro de escuela que, con su titánico esfuerzo personal, quiso llegar más lejos y lo logró, sin perder nunca el horizonte de su patria chica, la querencia familiar y su condición de hombre de bien. Al proyectar para las nuevas generaciones la preclara figura del ilustre educador y del jurista, quiero destacar su imagen de buen ciudadano y su profesionalismo, un ejemplo de dedicación y moral. Su humanismo.
1) Hoyos Salazar, César. (2014). Segundo aniversario de su muerte. La Crónica del Quindío. 13-02-2014.
2) 2) Gómez Mejía, Alberto. (2017). Un abogado humanista y leal. La Crónica del Quindío. 16-02-2017.