Autor : María Angélica Molina Martínez

En las vías circularon conductores de transporte público, vehículos con permiso, domiciliarios, mensajeros, ciclistas, etc.
Opiniones divididas se evidenciaron entre los actores viales y ciudadanos, pues por una parte las personas reconocieron la importancia de la jornada para beneficio del medio ambiente y por otra mencionaron las repercusiones que trae para la economía.
Con 3 siniestros viales y 59 comparendos cerró la jornada del Día sin carro y sin moto ayer 21 de septiembre en Armenia, iniciativa que en términos generales tuvo un desarrollo positivo entre la población.
La jornada permitía que únicamente los vehículos de transporte público masivo, los taxis y los vehículos con autorización podían movilizarse por las vías de la ciudad, de lo contrario los conductores sin permiso tendrían un comparendo C14 por “Transitar por sitios restringidos o en horas prohibidas por la autoridad competente” con un costo de $530.000, adicionalmente el vehículo sería inmovilizado y el propietario tendría que cubrir los costos del comparendo, el transporte de la camabaja y el tiempo de duración en los patios. Sin embargo, al final de la jornada no hubo inmovilizaciones.
Así pues, el secretario de Tránsito y Transporte de Armenia, Daniel Jaime Castaño Calderón manifestó que en general la jornada tuvo un desarrollo positivo y fue respetada por casi toda la población de la capital quindiana.
En diversos puntos de la ciudad había agentes de tránsito ofreciendo información a quienes entrarían a Armenia e impartiendo comparendos.
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La economía se ve afectada
Sobre la jornada como era de esperarse, hubo opiniones divididas, por parte de los conductores de taxi no todos consideraron pertinente la medida, pues algunos no recogieron la cantidad de pasajeros que tenían prevista para el día.
Nelson Montoya Franco, conductor de taxi, indicó que su día fue como un dominical cualquiera, pues “desde que los entes estatales no trabajen a la hora que empieza la jornada pueden coger sus carros particulares o coger los buses de transporte público, entonces nosotros no tenemos a quién recoger en las calles”.
El conductor hacia las 11 a. m. tenía un producido de poco más de $30.000, suma que según él en un día normal la posee desde horas antes. “El único momento que vi bueno fue de 7 a 8 a. m. y listo, ya de pronto en horas de la tarde se pueda ver más movimiento después de que todo el mundo salga de trabajar”.
Así mismo, la comerciante Sandra Ramírez reconoció la parte positiva de la jornada, pero se mostró preocupada por la baja en sus ventas, “yo soy consciente de que el medio ambiente pide a gritos menos contaminación en el aire y estas actividades tienen que seguirse dando por eso mismo, pero a mí como comerciante me angustia que se vean perjudicadas las ventas porque no ha venido gente a comprarme casi nada, las calles están muy solas”.
Una jornada positiva para el medio ambiente
Las vías en horas pico estuvieron igualmente descongestionadas.
Por su parte, el conductor de bus Juan Diego González dijo que la movilidad en la ciudad fue excelente por la disminución de vehículos en las vías, además, el número de pasajeros que hicieron uso del servicio aumentó considerablemente en el transcurso del día.
El conductor expresó que debería ser realizada de forma mensual porque contribuye a mejorar la calidad del aire, disminuye los riesgos en la carretera, mejora la movilidad acortando los tiempos de viaje, se siente mayor tranquilidad por cuestiones de ruido, entre otros.
Luis Fernando Rivas Gómez es un ciudadano que tiene como hábito movilizarse en la calle con bicicleta, pues reconoce todos los beneficios que trae para el medio ambiente y para su propio cuerpo. “Esto ayuda en diferentes tipos de descontaminación y me ayuda a mí para los pulmones, los músculos, el corazón y todo en general”.
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Rivas Gómez aprovechó el Día sin carro y sin moto y salió a realizar unas compras en el centro de la ciudad. “Vine a la secretaría de Hacienda, vine a comprar unas puntillas y a hacer otras vuelticas, entonces voy y parqueo la bicicleta sin ninguna dificultad”.
Dijo que ojalá los ciudadanos tomaran conciencia de la importancia de caminar o usar vehículos alternos que permiten hacer actividad física mientras se cumple la función de movilizarse de un lugar a otro. Sin embargo, “hay que mejorar las vías para los ciclistas porque tienen unos baches peligrosos y, además, sería mejor que fueran un poquito más anchas para que podamos caber más ciclistas”.
Washington Valencia, por su parte, camina diariamente desde su hogar en el barrio La Fachada hasta su lugar de trabajo por el parque de Los Fundadores, realiza esta actividad porque disfrutar sentir el aire fresco de las 5 a. m., contemplar la soledad de la madrugada y los cambios que se dan en el cielo con el amanecer.
“Me demoro una hora con 10 minutos para llegar al trabajo, ya por la tarde como salgo más cansado me voy en bus, pero me gusta mucho caminar”.
Explicó que no abandona el hábito de caminar porque “el ambiente es totalmente distinto, mucho automotor en calle contamina visual y auditivamente, y contamina también el aire, por eso aquí el ambiente se siente pesado”.
No obstante, expresó que no considera viable que la jornada de Día sin carro la hagan a menudo, pues afecta el sector comercio y con ello el bolsillo de los colombianos, por lo que 3 veces al año para él son más que suficiente.