Autor : Carlos W. López R.

La Procuraduría le amplió la suspensión, pero el gobernante apeló y consiguió que se le reintegrara a su cargo. Foto : John Jolmes Cardona N.
La medida cautelar se tomó por presuntas irregularidades en la celebración y ejecución de 4 contratos, sin embargo, José Manuel Ríos Morales volvió a su cargo.
El 2 de junio de 2020 será recordado como el día en que la Procuraduría General de la Nación separó por 3 meses a José Manuel Ríos Morales de su cargo como alcalde de Armenia. Lo suspendió para investigarlo y determinar si era responsable de presuntas irregularidades en 4 contratos celebrados en el marco de la emergencia sanitaria, declarada por el gobierno nacional para atender la crisis provocada por la Covid-19.
Ese día los armenios revivieron el lastre que han cargado los últimos 20 años, con 5 de los alcaldes electos por votación popular en líos con organismos de control y penales —destituidos, condenados o investigados— de esta manera se asestó otro duro golpe a la confianza en la institucionalidad marcada por el desgobierno y la corrupción.
El órgano de control señaló presuntos problemas en la selección del contratista, vulneración de los principios de la contratación, sobrecostos y posibles irregularidades en los estudios de mercados de 4 contratos, los cuales suman $1.590 millones.
En el proceso, la Procuraduría también investigó a la directora del departamento de Bienes y Suministros, Gabriela Valencia Vásquez, quien renunció debido a estas mismas consideraciones; al subdirector de la dependencia, José Javier Acero Osorio; al secretario de Desarrollo Social, Juan Carlos Patiño Zambrano —quien meses después sería relevado de su cargo—, y al entonces asesor del despacho del alcalde, Jorge Luis Barrera Chiquita, quien también renunció.
Por decisión del gobernador del Quindío, el 4 de junio asumió como alcalde interino de Armenia, Jorge Fernando Ospina Gómez, cuya gestión está marcada por incluir, a última hora, en el plan de desarrollo 2020-2023, 2 artículos que le otorgaban facultades extraordinarias para tramitar empréstitos y modificar la planta de personal de la alcaldía y de los entes descentralizados.
Posteriormente, el 14 de julio asumió como alcaldesa encargada Claudia Milena Rivera Arévalo, en representación del Mais —partido por el cual fue elegido Ríos Morales—, su gestión dejó un rastro de tumbos a la hora de tomar las riendas de la ciudad. Tuvo que recular en asuntos como la prohibición del transporte del parrillero en moto y la ampliación del toque de queda, luego de que la opinión pública le manifestara su inconformidad en redes sociales.
Mientras tanto, en lo relacionado con José Manuel Ríos Morales, a la par de la investigación disciplinaria, la Fiscalía adelantó un proceso penal que tuvo su momento cumbre el 6 de agosto, cuando se llevó a cabo la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento. Sin embargo, ese día el alcalde titular salió avante cuando el Juzgado Quinto Penal Municipal de Control de Garantías se abstuvo de privarlo de la libertad.
Días después, el 2 de septiembre, cuando el alcalde se preparaba para el regreso a su cargo, el ente de control disciplinario prorrogó la suspensión por otros 3 meses, no obstante, 16 días más tarde, la sala disciplinaria de la Procuraduría revocó la decisión y el mandatario pudo retomar la administración.
Fueron 107 días en los que estuvo separado del cargo, tiempo que minó la confianza de los armenios, sembró un manto de dudas sobre su gestión —el proceso aún no se ha archivado— y, a la par, dejó a la capital quindiana rezagada para enfrentar las consecuencias de la crisis sanitaria más grande de la historia.
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Armenia, en medio del desgobierno
Al cierre de la presente edición se confirmó la salida del secretario de Gobierno y Convivencia.
La suspensión provisional del alcalde José Manuel Ríos Morales, en el mes de junio, fue el detonante de una serie de cambios en el equipo de trabajo que lo acompañó en su posesión el 30 de diciembre de 2019.
Con la confirmación este martes de la salida de Javier Ramírez Mejía, de la secretaría de Gobierno y Convivencia, se puede asegurar que el mandatario arrancará su segundo año con un equipo de secretarios renovado.
La falta de continuidad en los procesos, la ausencia de proyectos ambiciosos y la visión de ciudad que tiene el mandatario despiertan la incertidumbre entre los armenios.
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