Autor : Diego Arias Serna

El planeta está enfermo y clama por acciones urgentes. Gobiernos, organizaciones civiles y sociedad en general, deben propugnar por una vida sostenible en armonía con la naturaleza.
La ONU estableció que el 5 de junio fuese el “Día del Medio Ambiente” y el 8 “Día Mundial de los Océanos”. Son fechas muy importantes porque tienen que ver con la salud y la vida, aunque pareciera que a muchos no les importa lo que sucede con la única “casa” que tiene la humanidad, “bicho” raro que destruye su propio “hogar”. Como el uso del plástico es un gran problema hoy, desde la página web oficial de la ONU Medio Ambiente, se impulsa la iniciativa: “Sin contaminación por plástico”, porque es inaudito producir cada año más de 400 millones de toneladas de este material, y que la mitad se use una vez.
También resalta la ONU que los océanos cubren más del 70 % del planeta. Es nuestra fuente de vida y sustento y de todos los ecosistemas. Prueba de ello es que el océano produce al menos el 50 % del oxígeno de la Tierra, alberga la mayor parte de la biodiversidad y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas. Además, resulta clave para nuestra economía, pues se estima que, para 2030, habrá unos 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los oceános. Por ello se fijó una fecha para crear mayor conciencia acerca de su importancia
En ese 8 de junio se quiere recordar la importancia de los océanos en la vida cotidiana. Son los pulmones de nuestro planeta, fuente de alimentos y medicina, así como parte fundamental de la biosfera, que es la capa de agua, tierra y una masa delgada de aire; por lo tanto, es clave para el desarrollo de los seres vivos. Con todos los beneficios que ha regalado el mar, se creyó que eso sería eterno. Ahora, afirma la ONU que el 90 % de las grandes especies marítimas de peces se han mermado, y el 50 % de los arrecifes y corales están destruidos. Al mar se le está extrayendo más de lo que puede dar. Es tiempo de empezar a recuperarlo.
Como el océano es parte del medio ambiente, los expertos advierten que la naturaleza se encuentra en situación de emergencia y señalan que para lograr un calentamiento global por debajo del 1,5 grados Celsius en este siglo, hay que reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para el 2030. Por eso la ONU es enfática en manifestar: “Si no actuamos ya, la exposición al aire contaminado aumentará en un 50 % en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para 2040”.
Plástico: se recicla menos del 10%
La página web de la ONU es tajante con la información sobre el plástico: “Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Asimismo, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 milímetros) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire. Se estima que las personas ingieren más de 50.000 partículas de plástico cada año, e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas”.
Igualmente, señala que los productos plásticos de un solo uso que resultan desechados o quemados, no solamente perjudican a la salud humana y la biodiversidad, sino que también contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos de montaña hasta el lecho marino. Es posible hacer frente al problema de la contaminación por plásticos si se aprovechan los avances científicos y las soluciones existentes. Para resolver esta crisis, es necesario que los gobiernos, el sector privado y demás partes interesadas, implementen medidas eficaces para contrarrestar este fenómeno. Hay que reducir su uso, reciclarlo, usando una bolsa muchas veces, o empleándolo en la construcción; ¿por qué no en paredes de interiores compactándolo?
La Unión Europea ha tomado medidas tales como la del 2021, cuando prohibió el uso del plástico de un solo uso como los bastoncillos para los oidos y todos los utensilios usados para comer. Los pitillos, como le dicen en Colombia, paja en España, popote en México, etc. también deben prohibirse, aunque hay que decir que ya se producen con material que se degrada solo, sin contaminar. Para crear conciencia, la ONU ha organizado un evento híbrido (presencial y virtual) el 8 de junio con el tema 2023: “Planeta oceánico: las corrientes están cambiando”.
El evento es organizado por la División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar de la Oficina de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas, en asociación con Oceanic Global. El programa de este año enseñará las maravillas del océano como fuente de vida que beneficia a la humanidad y a todos los demás organismos de la Tierra. Es incredible que el proceder dañino de empresas y personas haya logrado que, como lo afirma la ONU, los entornos más inaccesibles de la Tierra tengan trozos de plástico como es el pico más alto: el monte Everest y el punto más profundo del océano: la fosa de las Marianas.
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La economía circular es beneficiosa
La naturaleza está tan degradada que la ONU plantea un cambio hacia una economía circular, logrando varios efectos positivos: reducir el volumen de plásticos que llega a los océanos en más de un 80 %; disminuir la producción de plástico virgen en un 55 %; ahorrar a los gobiernos 70.000 millones de dólares; rebajar las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25 %; y crear 700.000 puestos de trabajo adicionales, principalmente en el sur del mundo, son las metas a 2040.
Asimismo, en marzo pasado los delegados de las Naciones Unidas consiguieron llegar a un acuerdo para la protección de la biodiversidad marina en aguas internacionales, tras casi dos décadas de negociaciones. El marco legal, conocido como “Tratado de alta mar”, colocaría el 30 % de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinaría más dinero a la conservación marina y cubriría el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos.
Además de la economía circular, los gobiernos deben promover el no uso de combustible fósil, porque el plástico se obtiene, en buena parte, de él, lo cual intensifica el cambio climático. Los productos de plástico generan, además, emisiones de gases de efecto invernadero; y si no se controla su fabricación, estas emisiones contaminantes podrían representar el 19 % del total de emisiones permitidas por el Acuerdo de París en 2040 para limitar el calentamiento del planeta, como ya se dijo, por debajo de 1,5 grados Celsius.
La ONU sigue fortaleciendo el hilo de esperanza para el futuro del planeta. El año pasado, 175 países aprobaron una resolución histórica que acabaría con la contaminación por plásticos y forjando un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para 2024. Se trata del documento más importante en materia de medio ambiente desde el Acuerdo de París. Es una póliza de seguro para que las nuevas generaciones vivan sin estar condenadas por el plástico.
Un Quindío contaminador
Jairo A. Álvarez Osorio escribió una nota difundida por WhatsApp, titulada: ¡El corazón del Eje Cafetero está enfermo! Allí narra lo atractivo de cada municipio y luego expresa: “Hoy hago este homenaje a mi querida tierra, el Quindío, amenazada y desangrada por multinacionales inescrupulosas que lamentablemente fueron ‘traídas’ aquí con todas las facilidades a instalarse en nuestros territorios ancestrales y cambiar paulatinamente sus bosques de niebla tan sensibles y misteriosos, por cultivos ajenos y perjudiciales al entorno de fauna y flora que antes convivía en abundancia y paz (…)”.
Un paisaje de múltiples verdes, donde el sol de los venados alegraba el colorido de la cordillera, acompañado de diversidad de aves que sedientas bebían las aguas cristalinas, fue transformado. Como sigue afirmando Álvarez: “en tan solo unos pocos meses, sierras, buldócer y capataces la desnudarán sin contemplación, para sembrar sus discutidas hordas de productos totalmente ajenos y perjudiciales a nuestra tierra y tradiciones, cambiando tristemente nuestros anteriores paisajes en desolación y codicia mercantil que finalmente beneficia a unos pocos bolsillos y lo más lamentable de todo, con la aprobación de nuestras autoridades”.
Por lo que está pasando con el Quindío, que no es solo el desplazamiento de los cultivos de la región por agricultura foránea que afecta la tierra, el agua, el paisaje, sino también, la construcción que cambia árboles por cemento, es necesario la presencia de quienes le duela la región, en la gran “Marcha Carnaval” que será un canto a la vida y la protección de la biodiversidad; evento programado para el 9 de junio en Armenia.