Autor : Diego Arias Serna / Especial para NUEVA CRÓNICA QUINDÍO

Al observar el panorama que se cierne sobre nuestro planeta y la humanidad, a raíz de los asombrosos avances de la inteligencia artificial, dan vueltas sobre nuestras cabezas no pocos temores e inquietudes.
El progreso tecnológico trae consigo prevenciones para unas personas, mientras que para otras avizora beneficios; siempre ha sido así. Igual sucede en estos momentos con el avance de la inteligencia artificial.
La historia de la inteligencia artificial (IA) arranca en fechas que pueden ser diferentes, dependiendo de la interpretación que se le dé. Podría haber comenzado con el advenimiento de la era digital y los algoritmos, que trae consigo la programación, por lo tanto, los inicios de esta tecnología podrían venir desde el siglo XIX. Es posible que hubiera también tenido sus orígenes con el matemático Alan Turing (1912-1954), considerado el padre de la ciencia computacional, que hizo aportes en lógica, informática, criptografía, etc.
Un año clave sería 1950, cuando publicó su artículo: ‘Computing machinery and inteligencia’ en la revista Mind, en el cual se preguntó: ¿pueden las máquinas pensar? Él propone el Test de Turing, que contiene los fundamentos teóricos de la IA. Otros estudiosos de este tema considerarán que tuvo sus inicios en 1956 en la universidad Dartmouth College (Hanover, Nuevo Hampshire, EE. UU.) cuando John McCarty, Marvin Misky y Claude Shannon, formularon el término durante la conferencia: “La ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.
La IA salió del mundo académico y se empezó a popularizar en 1997, cuando el supercomputador Deep Blue de IBM ganó al campeón mundial de ajedrez Gari Kasparov. Pero, es en la segunda década del XXI cuando más auge toma. En febrero de 2011 el supercomputador Watson de IBM -que es un modelo de computador cognitivo- gana en EE. UU. el concurso televisivo Jeopardy, en el cual se hacen preguntas de todo tipo a los dos mejores concursantes del programa: Brad Ruttler y Ken Jennings.
Lea también: Estos fueron los descubrimientos más importantes de la ciencia en 2022
Pese a ese perfil de ser máquina inteligente, Yoshua Bengio –quien es considerado uno de los que más conoce sobre IA- en el artículo que publicó en la revista Scientific American, titulado ‘Aprendizaje profundo’, consideró que la fecha del gran arranque de la IA fue el año 2012. Hizo esa afirmación porque ese año se presentaron los primeros productos comerciales que comprendían el habla, lo mismo que aquellos que identificaban el contenido de una imagen, tal como Google Now y Google Photos, respectivamente.
Sin embargo, para otros expertos, la IA mejoró bastante desde el 2005 con el despunte de las técnicas de aprendizaje profundo -inspiradas en la neurociencia- que se han enfocado en la construcción de máquinas inteligentes, permitiendo la presencia de la IA en sectores de la producción, en particular la automoción, con la conducción autónoma, como el vehículo Tesla, entre otros. La más reciente aparición de un producto de IA es con la herramienta ChatGPT, y ese será el tema de este artículo.
Escritura “a lo humano”
Para presentar este tema se contará con dos documentos: de una parte, artículos publicados, el pasado 29 de enero en el periódico El País de España, y de otro lado, lo que divulgó BBC News Mundo en días recientes. El hecho de que el periódico más importante de Hispanoamérica le dedicara cuatro páginas y parte de su sección de opinión, y que el importante medio inglés de circulación científica, como el aludido lo destaque, ya indica la relevancia del tema.
El primer artículo escrito en El País por Andrea Rizzi, Kiko Llanera y José A. Álvarez se tituló: ‘La inteligencia artificial se lanza a reorganizar el mundo’. Como resumen afirma: “El programa ChatGPT simboliza una revolución que avanza con enorme potencial, algunos riesgos y visos de impactar en la vida cotidiana e incluso en las relaciones internacionales”.
Vea también: Mujeres, “gambetean” en muchos campos
El segundo documento, presentado por Álvaro Sánchez, lo denominó: ‘Las tecnologías despiden, pero no escatiman gastos en IA’. En síntesis, advierte: “La nueva generación de herramientas desata una batalla entre las grandes empresas del sector por no quedarse atrás”. Asimismo, Ricardo de Querol, lo tituló: “El robot con alma, el osito racista y el rey emérito consorte: los dilemas de la IA”. Entre las afirmaciones está la siguiente: “Un programa no experimenta sensaciones ni sentimientos, sino que es alimentado por quienes sí tenemos sensaciones y sentimientos, y sólo aprende a imitarnos”.
Igualmente terció Patricia Gosálvez con su columna: ‘Me caes mal, ChatGPT’, en la que manifestó: “No creo que esto sea el principio del fin del mundo, tampoco tengo idea de cómo lo cambiará”. En el espacio de opinión, una columna que se publicó con el nombre de “Inteligencia Artificial”, entre otras cosas subraya: “Ninguna IA puede sustituirnos ni tomar decisiones por nosotros, sólo ayudarnos a decidir: diagnosticar, pensar mejor”.
La redacción de la BBC New Mundo lo enunció así: “Este nuevo sistema puede generar contenidos escritos de forma altamente coherente y muy parecidos a los creados por los humanos. A pesar de los errores y carencias que aún existen, la capacidad ya demostrada por el programa, y su potencial para mejorar a largo plazo, despierta no sólo admiración, sino también temores”. Es una herramienta desarrollada por la empresa OpenAI, cuya versión beta o de prueba gratuita, fue lanzada en noviembre de 2022. (Lea: Qué es ChatGPT, el revolucionario sistema de inteligencia artificial que preocupa a algunos expertos)
¿Qué es ChatGPT?
La BBC lo explica: “Básicamente, un robot virtual (chatbot) que responde una variedad de preguntas, realiza tareas por escrito, conversa con fluidez e incluso da consejos sobre problemas personales (aunque se advierte que no tiene este objetivo). Sus posibilidades de generar contenido son inmensas: darte consejos para conseguir un trabajo, escribir poesía, trabajos académicos y también redactar una carta de reconciliación para un amigo del que te has distanciado”.
Según las pruebas de SEO.ai, ChatGPT está disponible en casi 100 idiomas, pero el rendimiento del modelo varía según el idioma (funciona mejor en inglés). La compañía también advierte que, por ahora, el software “puede generar ocasionalmente información incorrecta o engañosa” y que su historial de datos se limita a 2021. El SEO.ai es una combinación de optimización de motores de búsqueda e inteligencia artificial. Y todavía no es una amenaza para Google, señala BBC New Mundo.
¿Por qué ChatGPT es un gran avance para la IA? Pregunta que se hace la BBC, a lo cual responde: “Los potentes programas de inteligencia artificial basados en texto funcionan almacenando cantidades gigantescas de datos (con énfasis en palabras y conversaciones en este caso) y con algoritmos para predecir la mejor formulación de una oración. Estos se denominan modelos de lenguaje grande (LLM, por sus siglas en inglés)”. Complementa el neurocientífico y profesor de la Universidad Federal de São Paulo, Álvaro Machado Días: “Durante la capacitación del software, al chatbot se le hacen preguntas como ¿qué es un cilindro? y los técnicos elaboran sus propias respuestas”.
Según él, “si la respuesta del chatbot no es válida, las correctas se insertan en el sistema para enseñarle. Esto se pasa a otras situaciones automáticamente”. A pesar de ya utilizar una modalidad que logra entender el contexto del uso de las palabras, permitiendo concatenar mejor los textos, los programas anteriores no respondían tan bien al usuario o aún sonaban muy artificiales. Hay que aclarar que, aunque el sistema pueda responder, no significa que entienda.
La IA no tiene razonamiento, no puede hacer inferencias causales y ni hacer comprensión contextual del mundo, hace simplemente probabilística. A continuación se plantean algunos efectos sobre la educación y el empleo. En la segunda parte se plantará los efectos sobre la democracia, la economía y la geopolítica.
Se impide afinar el pensamiento
En el artículo de El País: ‘La inteligencia artificial se lanza a reorganizar el mundo’ sobre el impacto del sistema en educación señala: “El acceso libre a ChatGPT ha desencadenado una alerta acerca de las posibilidades de que sus alumnos resuelvan sus deberes o exámenes recurriendo a la máquina. El trampeo tiene múltiples efectos negativos como dificultar la evaluación precisa del alumno – esencial para ayudarle en su recorrido – o alterar procesos competitivos – por ejemplo, para becas al mérito, etc. –”.
Añade que estos sistemas plantean el reto de alejar a los seres humanos de mecanismos mentales fundamentales en el desarrollo del intelecto, como afinar la capacidad de pensamiento a través de la escritura. De ahí que, previendo el fraude, algunas universidades australianas han tomado medidas ante los primeros indicios de que algunos estudiantes estaban utilizando sistemas IA para la elaboración de ensayos académicos, es decir, se afinó el copiar y pegar.
Puede leer: ¿Se conocerán los inicios del universo?
Como medida de control, se ha propuesto “volver al lápiz y el papel”. Otros centros educativos han prohibido a los alumnos descargar la aplicación. También, en New York, en pleno debate sobre el ChatGPT, se prohíbe su uso en los colegios. A su turno, la incidencia sobre el empleo se plantea así: “Es posible que en el futuro en vez de tener cinco ingenieros escribiendo códigos, hará falta sólo uno muy bueno que revise lo que produce una herramienta IA”.
Los expertos revelan que “estos sistemas prometen ampliar capacidades productivas con notables consecuencias en el mercado laboral; se crearán nuevos puestos de trabajo, otros experimentarán una transformación en su desempeño, y otros más desaparecerán ya innecesarios”. En el artículo: “Las tecnológicas despiden, pero no escatiman gastos en IA”, se recuerda: “Microsoft es el mejor ejemplo de esa redirección de recursos. El día 18 anunciaba 10.000 despidos, el 5% de su plantilla”.