Autor : Lorena Zapata López

Productores de café a nivel nacional piden que se inyecten recursos al sector, se pague mejor el grano, una reestructuración en la FNC y mejores condiciones que les garantice seguridad, entre otros. Foto : John Holmes Cardona Núñez, NUEVA CRÓNICA QUINDÍO
Caficultores del país se dieron cita en la capital quindiana para marchar y hacer sentir sus voces en varias peticiones al gobierno y a la FNC.
El presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, durante la reunión con las bases del sector cafetero del país en Pitalito, Huila el 16 de agosto, declaró: “Tengo un problema: la Federación Nacional de Cafeteros”. Expuso que la institución privada tiene salarios muy elevados, los cuales no son justos y ante ello, acotó: “Un caficultor promedio al año se gana $12 millones”.
Ante estas condiciones laborales de los campesinos, el jefe de Estado hizo una declaración que ha puesto a la Federación, a los diferentes comités departamentales, a líderes gremiales y a los caficultores en marcha por llegar a acuerdos para mejorar esta dinámica que vive el sector. “Tenemos la existencia que viene del pasado, de un contrato entre el gobierno y la Federación de Cafeteros que maneja un recurso público, el Fondo Nacional de Café; el contrato va a finiquitar, tiene una fecha de terminación, me pregunto qué hacemos con ese contrato; si la Federación Nacional de Cafeteros no se reestructura de acuerdo a la base cafetera se acaba el contrato”, las palabras explícitas del mandatario.
Elías Mejía, presidente del Comité Departamental de Cafeteros, declaró: “Es desde la institucionalidad donde se pueden solucionar los problemas mediante un proceso pedagógico en el cual la Federación le enseña al gobierno qué es la caficultura colombiana y el gobierno al mismo tiempo les enseñe a los representantes de los caficultores qué es lo que quiere y puede hacer, ahí tiene que quedar una conclusión que sea racional y que le convenga a las 548.000 familias cafeteras del país”.
El ejecutivo gremial, añadió: “Estamos en crisis, la principal solicitud es que el gobierno se reúna con los caficultores, con los que ellos llaman la base, que finalmente somos todos los que conformamos los comités municipales de cafeteros. Son cerca de 370 comités en el país y todos fueron elegidos mediante elecciones cafeteras y están integrados por productores pequeños, medianos y grandes, inclusive hay una mayor cantidad de caficultores pequeños, el 90% tienen 5 hectáreas o menos”.
En cuanto a la relación entre federación y gobierno, aclaró: “Hubo algunas discrepancias, yo nunca había visto que la política incidiera de una manera tan abierta en las decisiones de una ONG, y la Federación Nacional de Cafeteros que es la mayor del país, una organización sin ánimo de lucro que solamente quiere la prosperidad de sus integrantes y de sus familias productoras. Esta implicación política me parece un poco irracional y creo que es porque falta pedagogía. Nuestras aspiraciones son que el gobierno se siga reuniendo con los productores, como ha sido habitual, desde la creación de la institución en 1927”.
Mejía resaltó: “Son 548.000 familias en 604 municipios, no lo queremos mostrar como una fuerza sino como una realidad que existe; más de la mitad de los municipios de Colombia producen café, en más de la mitad de los municipios del país los caficultores contratan la mano de obra no calificada de esos municipios para permitirles una manera de vivir, entonces no es una fuerza sino una realidad a la que debemos apoyar y así necesitamos que lo vea el gobierno, no como un argumento o como una falacia”.
Para finalizar, acotó que la federación genera 2.5 millones de empleos diarios. “Eso le aportamos al sector laboral del país, a la supervivencia, a la vida, a la economía, al orden, a la paz de Colombia; entonces respetamos las posiciones de quienes hacen los paros; de hecho, de una manera diplomática hemos aplazado nuestra reunión ordinaria para la semana entrante para evaluar ambas posiciones y seguramente quedará algún resultado, pero reitero que creemos en la institucionalidad”.
Por su parte, Fáber Buitrago, líder gremial, indicó: “Estamos de acuerdo con que la Federación Nacional de Cafeteros necesita cambios para mejorar el papel institucional en favor de las familias cafeteras. También es cierto e indiscutible que nuestra institución es querida y admirada por la gran mayoría de familias cafeteras y la sociedad civil colombiana, ya que goza de gran reconocimiento en nuestro país y en el mundo entero; eso sí imperfecta al ser conducida por seres humanos, pero sujeta a procesos de mejoramiento continuo; no en vano, vamos a cumplir 100 años aportando desarrollo al país y paz al campo colombiano, asistiéndonos el derecho a defenderla a todo nivel, no permitamos que se acabe la institucionalidad. Damos fe que muchos países productores de café quisieran tener una entidad parecida, y no han podido por los mismos intereses de los políticos de turno y de algunos actores comerciales”.
$1 BILLÓN ES UNA PETICIÓN DE LOS CAFICULTORES AL GOBIERNO NACIONAL
Ayer, a las 9 de la mañana en el coliseo de café de Armenia se llevó a cabo la movilización nacional cafetera en donde se concentraron cerca de 1.000 personas, la mayoría campesinos y caficultores de los distintos municipios del Quindío, Risaralda –con una delegación importante de Belén de Umbría-, Caldas, Tolima y Valle del Cauca, quienes marcharon para exigir, entre otras cosas, la reestructuración de la Federación Nacional de Cafeteros por diversas situaciones que se vienen presentando en torno al producto, como su bajo precio, los problemas que se presentan en la producción, las condiciones de los caficultores, entre otros.
Durante la reunión, la mayoría de los productores hicieron un llamado al gobierno nacional para que inyecte 1 billón de pesos al sector con el fin de alivianar los costos de los insumos necesarios para promover la producción del grano.
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VOCES DE LOS caficultores
Roberto Suescún, caficultor del municipio de Córdoba, manifestó: “Hoy nos encontramos en esta movilización para manifestar nuestra inconformidad por tan mal precio que tenemos actualmente, llega a $120.000 la arroba y producirlo cuesta $170.000, quiere decir que estamos perdiendo $50.000 por arroba de café; por esta razón le estamos pidiendo al gobierno un billón de pesos para equilibrar por lo menos nuestros costos de producción y asimismo, que nos otorgue una modalidad de crédito para renovar y para sembrar nuevamente nuestro grano. Y no menos importante, queremos que se prohíban las importaciones y si no es posible, por lo menos que se cobre un arancel del 70% para evitar que sea mezclado con nuestra denominación de origen, porque se ha comentado que esto viene sucediendo entonces se está perdiendo la calidad del café de Colombia, le reiteramos al presidente que, por favor, incentive el consumo interno. También estamos pidiendo a la Federación una reestructuración integral de la institucionalidad, incluyendo reforma de estatutos”.
Ricardo Ortiz, caficultor que representa el municipio de Balboa, Risaralda junto a otros 25 cafeteros de esa región, acotó: “Nos convoca la preocupación por la situación del agricultor. Muchos de nosotros tenemos otros cultivos porque el grano no nos está dejando ganancia y usamos los ingresos de esas otras cosechas para sostener los costos de fertilizantes, abonos y del mismo café. El Estado se fija mucho en las zonas cocaleras, pero no conoce nada del campo que somos quienes producimos los alimentos, nos sentimos desprotegidos y exigimos que nos presten mayor atención”.
Maximino Barragán, caficultor del Tolima, afirmó: “La razón por la cual participamos en esta marcha cafetera es para pedirle a la Federación que nos mire porque es por nosotros los caficultores que sigue en pie. Nos pidieron un valor de rendimiento, factor 88 en la calidad del café y lo consideramos injusto porque atravesamos por el fenómeno de La Niña y ahora estamos con el fenómeno de El Niño y las cosechas van a ser de baja calidad, no hay cómo responder. No tenemos apoyo, necesitamos que lleguen los recursos del Fondo Nacional del Café para poder comercializar. Al presidente de la República le pedimos que revise la Federación Nacional de Cafeteros y a los comités departamentales y les haga auditoría a ver qué sucede con los fondos, a dónde los están destinando, porque son producto del trabajo de los productores. Queremos que se investigue y que, de ser necesario, se inyecte dinero para poder seguir trabajando. En este momento estamos en manos del comercio que paga el café como quiere sin nadie que regule el precio”.
Por último, Primitivo Espitia, en representación del municipio de Dolores Tolima, expresó: “La Federación ha trabajado desde hace mucho tiempo a espaldas de los productores. Cuando existió el pacto internacional de cuotas en la participación de las exportaciones, al cafetero se le pagaba lo que les pareciera y en ese momento el café se vendía a unas sumas mucho más importantes a las de hoy. El dinero del trabajo del caficultor llegaba a las arcas de la Federación y con ello crearon empresas, invirtieron en deporte y en muchas otras cosas menos en el productor; cuando el pacto acabó, vendieron y jamás le dieron un informe a los caficultores, pero hoy en día abrimos los ojos y nos dimos cuenta que las carreteras, los arreglos de los puesto de salud, etc, no llegan de la inversión de la Federación sino de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo diario, y es un dinero que dejan de pagarnos. Ahora se avecina una cosecha importante en Brasil y los precios van a caer en Colombia y si a eso le sumamos la falta de regulación y la mala administración de la institución, estamos graves”.
El representante cafetero, también se pronunció sobre las condiciones laborales: “No es posible que los sueldos de los directores y ejecutivos de la Federación sean tan exageradamente altos, mientras el productor muchas veces aguanta hambre, no tienen vías de acceso, no cuenta con agua potable, sin hablar de lo que cuesta salir adelante con nuestras familias y cada vez peor con esa baja en los precios del producto. El presidente habla de reestructuración y estoy muy de acuerdo porque a nosotros nos quitan los dineros de la parafiscalidad, pues a cada productor nos toca pagar impuestos. Estos eventos son muy importantes y se hacen para nuestro beneficio, pero aún hace falta que tengamos mayor confianza y participemos todos para cambiar y mejorar esta situación”.