Autor : Daniel Alejandro Restrepo Tabares

El proyecto Ecovereda Calle Larga se basa en procesos de ganadería regenerativa y turismo de naturaleza y está estructurado bajo el esquema de soluciones.
El matrimonio de Juliana Acosta Jaramillo, celebrado en el 2018 en la finca La Morena de la vereda Calle Larga en el corregimiento de Barcelona de Calarcá, además de significar el nacimiento de una nueva familia, representó el inicio de un proyecto que hoy en día ha incrementado la presencia de la fauna silvestre en la zona, gracias a los trabajos de restauración ecológica a los que se unieron propietarios, entidades públicas y privadas.
Juliana señaló que los procesos de restauración iniciaron el día de la boda cuando decidieron, como medida de compensación ambiental, sembrar un árbol por cada invitado que acudió a la ceremonia. Ahí se despertó el interés por la siembra que más adelante se tradujo en corredores biológicos entre el río Quindío y el río Verde que permitieron el paso constante de especies como yaguarundí, guagua, zorro perruno, armadillo, entre otros, además de varios ejemplares de aves que les permitió consolidar el proyecto y reforzar el turismo sostenible que realizan en el predio.
Según explicó Juliana Acosta Jaramillo, el proyecto Ecovereda Calle Larga se basa en procesos de ganadería regenerativa y turismo de naturaleza y está estructurado bajo el esquema de soluciones basadas en la naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En este participan entidades como el Jardín Botánico del Quindío y la Corporación Autónoma Regional del Quindío y ha sido apoyado por una diversidad de actores entre los que figuran el Ejército Nacional, Global Shapers Community, la organización ‘Dona un árbol al mundo’ y particulares.
“En el 2019 empezamos a hacer la siembra con Global Shapers, a través de un grupo de jóvenes y se hizo la primera siembra con el Ejército Nacional que nos apoyó. Ahí empezamos a ver la necesidad no solamente de restaurar aquí en la vereda, sino de hacerlo en los corredores biológicos. Para 2020 entró el Jardín Botánico con su campaña para salvar al jardín por la crisis de la pandemia, entonces muchas personas donaron y empezamos a sembrar especies nativas de las que podíamos sembrar por sí solos”, explicó Acosta Jaramillo.
Paralelo a ese proceso se inició con la ganadería regenerativa y a desarrollar procesos de turismo sostenible: “En la finca La Morena nosotros cumplimos con todas las normas técnicas de la certificación de turismo sostenible y después de eso empezamos a explorar el avistamiento de aves porque, a partir de que pasaban los años, nos dimos cuenta de que cada vez que restaurábamos y sembrábamos, los avistamientos se empezaban a incrementar”, señaló Juliana Acosta Jaramillo.
Entre los años 2021 y 2022 el proyecto se amplió gracias a la alianza entre la CRQ y el Jardín Botánico del Quindío, entidades que adelantaron una caracterización biológica de la fauna presente en la vereda Calle Larga logrando resultados satisfactorios y que representaron el regreso al lugar de especies de mamíferos.
Posteriormente se vincularon a la iniciativa ambiental otros predios como El Darién, La Máquina y Santa Helena y juntos fortalecieron los procesos de siembra que dieron paso a la consolidación de los corredores biológicos a través del río Quindío y el río Verde.
“El año pasado se nos unió al proyecto la campaña de ‘Dona un árbol al mundo’ que se hace en México, Estados Unidos y Colombia y como resultado de estos trabajos entendimos que nuestro programa tenía varios propósitos: la mitigación del cambio climático, la conservación del agua porque estábamos sembrando alrededor de las fuentes hídricas y la conectividad de corredores biológicos”, manifestó la líder del proyecto.
Dijo que a partir de ahí confirmaron el incremento importante de los avistamientos, incluso de ejemplares de fauna nunca antes vistos y que han sido retratados a través de cámaras trampas instaladas por la autoridad ambiental, pero también de registros hechos por propietarios de predios.
Ahora el reto para los integrantes del proyecto Ecovereda Calle Larga es el de fortalecer los procesos de monitoreo de los trabajos de restauración desarrollados, pero además el de lograr que cada vez más propietarios de predios se unan a esta causa.
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“Con la necesidad de seguir fortaleciendo la gobernanza cada vez son más predios que se unen, por ejemplo, recientemente se unió Costa de Oro que es una finca donde se cultiva plátano y hemos entendido que tenemos un gran reto, sobre todo, para incluir a los predios con vocación agrícola, se nos ha dado más facilidad incluir a los predios ganaderos en cercas vivas y árboles dispersos, pero tenemos ese reto en la parte agrícola”, señaló Juliana Acosta Jaramillo.
Sobre los avistamientos
Según explicaron desde el área de fauna de la subdirección de Gestión Ambiental de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, CRQ, los últimos registros de fauna a través de cuatro cámaras trampa en los predios La Morena y El Darién de la vereda Calle Larga de Calarcá confirman la presencia de ejemplares de fauna como la guagua, zorro perruno (Cerdocyon thous), armadillo (Dasypus novemcinctus) y guatines.
Sin embargo, propietarios de la zona han podido registrar también mamíferos como el yaguarundí y se conoce que en el predio La Morena hay mono aullador rojo (Alouatta seniculus).
“Sabemos también que hay mono nocturno, es una especie que está amenazada, es una especie que también requiere una buena cobertura vegetal”, señaló Diana Carolina Valencia Zapata, bióloga de la entidad ambiental.
Sumado a ello, con la caracterización biológica realizada por la corporación en el año 2022 quedaron documentadas también 113 especies de aves, entre ellas el carpinterito puntiado (Picumnus granadensis) que es endémica para Colombia y el perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni).