La comunidad denuncia la presencia de habitantes de calle y de vendedores y consumidores de estupefacientes. Además, el deterioro de las estructuras es evidente.
Desde hace tiempo los puentes en Calarcá han cambiado su función de servir como lugares para que la gente pase y se cuide así de tener accidentes al cruzar las vías. Se ha vuelto recurrente y una queja constante de la comunidad que ahora son usados como dormitorios por los habitantes de calle, como guarida por los vendedores y consumidores de estupefacientes. Todo lleva a que sus alrededores sean inseguros, mal olientes y desaseados.
A los 4 puentes que existen en la ‘Villa del Cacique’ también les falta mantenimiento y reparación, su entorno está lleno de maleza y en muchos casos carecen de barandas y la infraestructura se encuentra despintada, rayada y derruida. Además, muchos peatones por miedo a ser atracados o a encontrarse con los habitantes de calle, que a veces se tornan peligrosos y molestos, optan por cruzar la vía y se exponen a ser atropellados por los automotores. En otros casos, no pasan por allí simplemente por falta de cultura ciudadana.
Juan David Ospina, secretario de gobierno del segundo municipio más importante de Quindío, dijo que: “La queja de la comunidad sí se ha recibido. Se han venido haciendo muchos operativos, pero también somos conscientes de que en Calarcá nos hace falta más pie de fuerza, pues contamos con un capitán y un mayor que son excelentes personas y trabajadores, pero de verdad que necesitamos más personal de la fuerza pública para poder suplir todas estas necesidades. Hemos venido desalojando y limpiando todos los puentes y esta semana será fundamental porque vamos a hacer más operativos”.