Las personas suelen atacar a las iguanas y a las zarigüeyas; a los loros y guacamayas les cortan las alas.
El maltrato indiscriminado contra la fauna silvestre también se ha vuelto recurrente en el Quindío. El intendente Johan Sebastián Sánchez Grisales, líder del Grupo de Protección Ambiental de Policía del Quindío, informó que mensualmente conocen entre 50 y 60 casos.
Cortarles las plumas a los loros, según Sánchez Grisales, es uno de los maltratos que más han evidenciado a la fauna silvestre en el departamento. Los loros están hechos para volar y al cortarles las alas les pueden causar grandes ataques de estrés que los podrían llevar a picarse el cuerpo e, incluso, a automutilarse.
A quienes maltratan estas especies también los pueden judicializar por el tráfico, ya que su tenencia y comercialización es ilegal.
“Cuando un ciudadano tiene conocimiento de que se está presentando maltrato animal a cualquier especie la ruta para denunciar sería llamar primero a la línea 123 o a la Policía Ambiental al número 321 759 28 56”, afirmó el intendente Sánchez Grisales.
Señaló también que la Fiscalía creó el Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal, Gelma. “Son investigadores que intervienen cuando el maltrato animal sobrepasa la contravención y se convierte en delito por la gravedad del hecho”.
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