General / ENERO 04 DE 2014 / 9 años antes

Para ser maestro se necesita alma, vida y vocación

Para ser maestro se necesita alma, vida y vocación

Francisco Javier Peñuela Patiño recibió un reconocimiento por parte del colegio San Francisco Solano, gracias a los 50 años que lleva como miembro del plantel, tres años como estudiante y 47 como educador.
El retorno a la institución como docente lo hizo el año pasado y aunque era con motivo de un reemplazo, este año seguirá dictando clases.

Usted lleva 50 años como miembro del colegio San Francisco Solano y por este tiempo le hicieron un reconocimiento, ¿en qué consistió?
Fue un homenaje muy bonito y es uno de los reconocimientos más grandes que yo he recibido en mi vida. No contaba con que pudiera recibir algo así e incluso fue algo sorpresa, porque mi familia tampoco sabía.
Yo fui exaltado como el docente de más dedicación y mayor sentido de pertenencia y me dieron la medalla de excelencia y una resolución muy bonita en la que se conmemora el tiempo de docencia en la institución que son 47 años más los años de estudio que hice en este colegio. Me siento muy feliz porque en el colegio han creído en mí y en mis proyectos y además confían en lo que hago y me siento realizado como maestro que es una labor que necesita alma, vida y vocación.

¿Cómo fue el paso de estudiante de la institución educativa a docente?
Yo soy docente del colegio San Francisco Solano, comencé en esta institución en el año 1963 como estudiante y me gradué en 1969.
Siendo estudiante, cuando aún cursaba quinto de bachillerato ya era docente en el colegio, gracias a que yo estudié en las noches en el Instituto Técnico Industrial, de donde me gradué como dibujante técnico y desde entonces me encuentro vinculado al plantel.

¿Cuáles eran las clases que dictaba?
Las clases que en primera instancia dictaba eran de dibujo técnico. Después estudié matemáticas en la universidad y aunque no soy licenciado en esta área porque no terminé la carrera, mis conocimientos me permitieron dictar también clases de geometría. Después de esto sí me gradué como diseñador gráfico que en el tiempo en que cursé mis estudios la carrera se llamaba diseño textil.

¿En este momento continúa como docente del colegio?
Yo salí jubilado hace aproximadamente tres años, pero seguí vinculado a la institución haciendo la diagramación de 72 módulos de las diferentes áreas. El año pasado el rector me hizo un llamado para hacer un reemplazo al profesor de dibujo que había viajado a otro país y pues yo no quería volver a retomar esta labor no porque no me gustara, sino porque era solo temporal, pero aún así asumí el trabajo y a los 15 días me dijeron que me quedara trabajando otra vez como docente y al final la vena que llevo de educador me envolvió y acepté y para este año me ratificaron en este puesto laboral.

¿En qué consisten las clases de dibujo técnico?
En este momento yo doy clases a estudiantes del grado 3° hasta 11° y están enfocadas en lo que son planchas de dibujo geométrico, dibujo a mano alzada, varios temas y tipos de perspectiva, diseño gráfico, entre otros.

¿Cuáles son sus proyectos con esta clase que nuevamente le asignan?
Inicié la reestructuración de la sala de dibujo y en este momento tenemos una muy buena pero espero convertirla en una de las mejores del país, ya que muchos año antes nosotros llegamos a tener la mejor sala de dibujo de todos los colegios franciscanos de Colombia, gracias a un trabajo que comencé con 20 pesos que me donó el rector del colegio en esa fecha, más dinero recogido por medio de rifas y llegamos a tener una infraestructura con implementos profesionales, baños, aire acondicionado y era el orgullo de la institución, pero el terremoto de 1999 destruyó completamente esta área y nos tocó trasladarnos al colegio San Luis Rey y ahí yo diría que terminó un ciclo de dibujo porque las clases eran en pupitres normales y el nivel académico disminuyó bastante.

¿Con la construcción del nuevo colegio en Calarcá, las clases de dibujo volvieron a ser de buen nivel?

El nuevo colegio es uno de los más bonitos, con una infraestructura muy amplia, pero la planificación quedó sin sala de dibujo, por lo que esta falencia fue uno de mis cuestionamientos debido a que uno de los fuertes del colegio era el dibujo técnico y el diseño gráfico y el padre Javier Darío Restrepo —qepd— me respondió que había sido cuestión de los arquitectos. Más adelante otro padre mostró la disposición para mejorar esta situación y donó dos salones y se inició un esfuerzo para conseguir los elementos necesarios para dotar la sala de dibujo, pero llegaron otros profesores de dibujo porque debido a algunos cambios quedé dando clases en primaria.

Nuevamente retomé esta clase y por esta razón uno de mis objetivos es seguir trabajando por recuperar todo este espacio y en el momento vamos muy bien, tengo todo el respaldo de las directivas y ya se remodelaron las mesas, se está haciendo la parte de las oficinas, contamos con un video beam para dictar las clases con el uso de las tecnologías y seguir cumpliendo mi deber hasta que la salud me lo permita.



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