Autor : Andres Felipe Ramos
Desde hace más de 3 años presentaba problemas en su estructura, la semana pasada colapsó en tu totalidad.
Luego del colapso del puente La Sonadora en Calarcá, la comunidad residente en el sector se cansó de esperar ayuda de las autoridades, por lo que se integró para construir un nuevo puente de madera que permitiera el paso por la zona.
La estructura aguanta el tránsito de vehículos pequeños y medianos, de hasta 5 toneladas de peso, además, sirve como paso peatonal y bicicletas, pero no es apto para camiones pequeños y turbos.
Es una medida transitoria, desesperada, a la que se debió llegar ante la inoperancia de la alcaldía de Calarcá y del gobierno departamental, pues desde hace 3 años la comunidad advirtió del daño de la estructura.
El puente La Sonadora es clave en la ‘Villa del Cacique’, porque conecta las fincas del sector de La Rochela, Quebradanegra, y parte del centro poblado de La Virginia con el sector urbano calarqueño.
Es un paso estratégico para el transporte de productos del campo, así como para el turismo de la zona, ya que hay registradas 38 fincas perjudicadas, cerca de 500 familias.
“La base para construir este puente fue la madera, además realizamos un lleno con tierra y unos trinchos artesanales bien profundos en un vacío que quedó en uno de los lados tras la caída de lo que quedaba de estructura. La madera es fina, fuerte, cortada en esta misma zona para poder organizar el trincho”, dijo Juan David Caicedo, habitante de la zona y quien lideró el proceso de construcción.
Además, el puente artesanal está armado con troncos de eucalipto que les regalaron: “En la mitad se instaló otro tronco para soportar el peso, ya que la idea es que pasen carros de máximo 5 o 6 toneladas de peso, pero tenemos la confianza de que puede aguantar más, pero en este caso es mejor evitar un riesgo, no podemos estar con los brazos cruzados porque son muchos los perjudicados en la zona”.
Agregó: “Acá hay 2 empresas de la zona que son las de macadamia y las plataneras, es la economía nuestra y del sector, necesitamos buscar soluciones para no tener una afectación mayor”.
Otros de los factores que llevaron a levantar el puente artesanal era que muchos caminantes, motociclistas y conductores de autos pequeños que estaban atravesando el río Santodomingo y la quebrada La Sonadora poniendo en riesgo la integridad en caso de presentarse la crecida de las fuentes a partir de las precipitaciones en la zona.
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“Había que actuar, la gente se estaba tirando al río sin importar una creciente, eso también motivó a todos nosotros a unirnos y buscar soluciones. La construcción duró una semana”.
Respecto a la reunión que se tuvo con autoridades, tras el colapso del puente, resaltó que “autoridades no nos iban a dejar intervenir, pero les indicamos qué otras opciones había, no contestaron. Siempre hubo esa discusión entre alcaldía y gobernación, nunca se pusieron de acuerdo para saber quién era el encargado de atender la situación, nos tocó a nosotros tomar acciones, al final nos dejaron”.
Finalmente se pidió atención a las carreteras de la zona: “Somos insistentes en pedir ayuda para la reparación de las vías que están en muy mal estado, pero no hay respuesta”.
factor tiempo
El puente La Sonadora es importante para la movilidad, ya que en el sector hay fincas productoras de plátano, frutas y café, por lo que es constante el paso de camperos y camiones.
Así mismo, muchos residentes deben ir a trabajar al perímetro urbano de Calarcá, realizar compras y trasladarse para cualquier otra diligencia.
Desde la zona de la afectación hasta el área urbana de Calarcá dura cerca de 15 minutos, pero si no existiera el puente de madera se debe optar por trasladarse hacia La Bella y de ahí al municipio, por lo que el tiempo se extendería hasta por 2 horas.
“Lo otro es que camiones y vehículos grande les toca atravesar el río, ya que es área de trabajo de areneros”, acotó Juan David Caicedo.
A uno de los residentes del área, Rubén Darío García, le preocupaba el factor tiempo: “Es que dar esa vuelta por La Bella es fatal, son casi 2 horas por el otro lado y por acá se demora uno 20 minutos como máximo, lo otro era pasar por el río, pero cuando no estuviera crecido, por ello se tomó esta decisión de nosotros mismos construir”.
También se trabajó en la nueva estructura por cuestión de costos de pasajes como lo señaló Francisco Javier Cardona: “La comunidad le tocó entrar en acción, es que antes del colapso un Willys cobraba entre $10.000 y $15.000, ahora esto se elevó a cerca de $50.000, no hay bolsillo que aguante”.
Monitoreo
El puente estará vigilado, con el objetivo de que se alerte si se presenta alguna anomalía como, por ejemplo, que un venículo con peso mayor a 6 toneladas quiera cruzar o que haya algún daño de la estructura.
“Hay una finca cercana llamada Campaña que cuenta con seguridad y estará pendiente de que no pasen volquetas ni turbos, por eso se habilitó por el río que puedan transitar”.
Estudios del puente
Mientras los habitantes de la zona se encargaron de construir el puente artesanal, desde el gobierno seccional aguardan por los estudios de la estructura que estarían para mediados de diciembre.
Así mismo, Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, gobernador del Quindío, es recurrente al señalar que desde la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. “No se agiliza y por ende la demora para intervenir el paso”.
Hay otra opción que es la instalación de un puente militar, sin embargo, la comunidad ha criticado “la falta de voluntad administrativa”.
