
Los autores señalan que los efectos secundarios asociados con la toma de ketamina, como los mareos o la pérdida de memoria, fueron de corta duración.
La ketamina se usa comúnmente como anestésico en salas de emergencia, incluso como sedante de uso veterinario, pero también como una droga recreacional. Ahora se sabe, a partir de un estudio de la Universidad de Columbia, publicado en American Journal of Psychiatry, que puede reducir las tendencias suicidas en pacientes con depresión clínica en un tiempo relativamente corto.
Si bien los antidepresivos de diversa índole son ampliamente recetados para casos de depresión clínica, no se conoce una terapia psiquiátrica que incida directamente en apagar las inclinaciones al suicidio en casos de depresión.
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Según los autores del trabajo, la ketamina, antagonista de los receptores de NMDA, puede contrarrestar esta tendencia, además de ser un antidepresivo, como inhibidor de la recepción de serotonina (químico producido por las células nerviosas que contribuye a los sentimientos de felicidad).
Para probar el efecto a corto plazo de la ketamina como medio para reducir los estados de ánimo suicidas, los científicos dirigidos por John Mann de la Universidad de Columbia realizaron un estudio en el que participaron 80 pacientes con depresión clínica, cada uno de los cuales declaró tener pensamientos suicidas. Los participantes se dividieron en dos grupos: el primer grupo recibió por vía intravenosa la ketamina, y el segundo grupo recibió un medicamento de la clase de benzodiazepinas, midazolam, típico de terapias psiquiátricas contra la depresión. El nivel de su propensión a pensamientos suicidas se estimó en una escala de 0 a 20 (donde la puntuación máxima corresponde a la mayor propensión).
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Al día siguiente de tomar la medicación, hubo una disminución en las tendencias suicidas 4.96 puntos más alta en las personas que tomaron ketamina que en el grupo de control del midazolam, una tendencia que se observó durante otras seis semanas después del inicio de la experimento. Además, la ketamina tuvo un efecto a corto plazo sobre el estado de ánimo: los participantes en el experimento que la tomaron tuvieron una mejora del 36% en comparación con el grupo de control.
Los autores señalan que los efectos secundarios asociados con la toma de ketamina, como los mareos o la pérdida de memoria, fueron de corta duración. Así, sugieren administrar ketamina como fármaco de emergencia para prevenir pensamientos suicidas y mejorar el estado de ánimo.
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La tendencia al suicidio cada vez se identifica más con ciertos marcadores en el cerebro. Las mujeres con un historial de intentos de suicidio muestran inusuales niveles de una proteína específica en la sangre, en comparación con las que no tienen antecedentes de intentos de suicidio, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Binghamton, Universidad Estatal de Nueva York.
Este artículo fue publicado originalmente en el portal N+1
Cortesía para LA CRÓNICA