Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Los programas sociales que ha puesto en marcha el gobierno, unos que estaban establecidos y otros nuevos, mitigan un poco el aumento de la tasa de pobreza y de desempleo que, desde luego, viene acentuando la pandemia; como bien lo decía Arndt en el libro Lecciones de economía de los años treinta, con relación al famoso período de la gran depresión de 1929: ”(…) es la enfermedad social de la civilización occidental en nuestra época” (1), una enfermedad, diría, que está vivita y coleando y que genera serias preocupaciones a gobernantes y analistas.
En efecto, podríamos estar ad portas de un retroceso histórico en la reducción de la pobreza del 20 %, como lo acaba de señalar la Universidad de los Andes y a estar cerca de una tasa de desocupación del 20 %, que es lo que más se teme, porque el confinamiento va languideciendo empresas pequeñas y medias, y poniendo en dificultades a las grandes; en un escenario extremo de pobreza, según la Cepal, cercano al 33 % en Colombia, se empieza a manejar la escandalosa suma de 60 millones de pobres, por el Banco Mundial.
La mayoría de los países asustados por la sombra histórica de la posguerra y la gran depresión, buscan reactivar la economía en sus distintos frentes, por etapas, con las medidas sanitarias que permita cohabitar el trabajo y el virus; en mi sentir, una medida necesaria para aliviar la persistente caída del PIB y el empobrecimiento abrumador de la población.
El autocuidado extremo de los ciudadanos y de los trabajadores, exigirá además poner en marcha el coraje y la decisión de los antepasados, que levantaron la región y al país, con sudor y lágrimas; vienen largos meses de trabajo y sacrificio. Volveré sobre el tema.
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Academia de Historia del Quindío
Fundada el 23 de mayo de 1980, 40 años de colaborar con los estudios históricos y coadyuvar con el desarrollo intelectual de la región; los distinguidos ciudadanos Jesús Arango Cano, Jaime Lopera, Alfonso Valencia Zapata, Bernardo Ramírez Granada, Alberto Gómez Mejía, Hugo Palacios Mejía, Diego Moreno Jaramillo, Horacio Gómez Aristizábal y quién esto escribe, decidimos crear la institución para que fuera una ventana cultural y un foro de investigadores y estudiosos de nuestro pasado histórico; lo ha hecho maravillosamente y el grupo actual, presidido por Fernando Jaramillo Botero, es una excelente constelación de escritores e investigadores de primer nivel que se constituye en un centro de pensamiento de inmenso valor teórico. Con mucha emoción felicito a la AHQ y a sus honorables académicos.
1) Arndt,H.W. The Economic Lessons of the 1930s,Londres 1944. Citado por Eric Hobsbawn, Historia del Siglo XX, página 101.