Editorial / MARZO 29 DE 2023

Viacrucis

Así haya sido por la mala condición de la carretera para llegar a Salento, bienvenida la restricción de buses de más de treinta pasajeros cuyo impacto en zonas protegidas como el Valle del Cocora es altamente negativo.

Viacrucis

Desde este domingo y hasta el próximo los católicos celebrarán la Semana Santa, tiempo de reflexión en la que la mayoría de fieles renuevan, se acercan o afianzan su fe en Cristo. Es, además, temporada alta de turismo, oportunidad comercial para miles. Mientras los cristianos repasan los misterios de la pasión, muerte y resurrección de quien fue clavado en la cruz, otro “Triduo Pascual” viven los moradores de municipios como Salento, Filandia y Circasia, especialmente en los dos primeros, por la llegada masiva de turistas, decenas de ellos en plan depredador. Se acerca la Semana Mayor y a muchos de los moradores del Municipio Padre y de la Colina Iluminada les provoca salir corriendo, sus pueblos se convierten en auténticos pandemonios. 

Ojalá este año la situación en Salento no sea tan caótica. Para bien de los lugareños, pero para mal de los empresarios del clúster de turismo, el número de viajeros parece que descenderá. Los enredos de las aerolíneas de bajo costo, el invierno, el regreso a un IVA del 19 % para servicios turísticos, el precio del dólar y la inflación les bajaron el ánimo a miles para empacar maletas. De todas formas, la afluencia de visitantes, no en plan de turismo religioso, a Salento, será importante. Afortunadamente se han tomado medidas acertadas como restringir el ingreso de buses grandes al pueblo, ya se puso incluso un primer comparendo por infringir la medida, en eso hay que rodear y apoyar a las autoridades salentinas.  

Estaban en mora de tomar medidas de este tipo en Salento. En Filandia, que ya cuenta con algunas restricciones, debieran apretar más el cinturón y proteger el entrañable lugar de tanto caos que generan turistas incultos. El estado de las vías no es el mejor, por seguridad, respeto por quienes habitan y tributan en Salento, Filandia y Circasia, pero, sobre todo por la protección de ese mar verde y la biodiversidad, ha lugar estas y otras medidas en la misma dirección. El Paisaje Cultural Cafetero es un recurso finito, pero eso no se ha entendido y la declaratoria corre el riesgo de perderse por tanto abuso. 

Lo otro que preocupa en Salento y en Filandia, municipios que cuadriplican el número de visitantes durante la Semana Mayor, es la carga contaminante, la alta demanda de agua potable y la elevada carga de aguas residuales que producen los visitantes y que supera la capacidad de tratamiento instalada en cada una de estas dos municipalidades. A los habitantes de Salento les preocupa el suministro de agua potable, las lluvias de los últimos días constituyen una exigencia mayor para el prestador del servicio, por eso la alerta ante la llegada de foráneos la próxima semana.  

Se viene la Semana Santa, tiempo de procesiones y solemnes celebraciones en templos y en la vía pública; fechas que, además, en Salento y Filandia para los lugareños serán sinónimo de sufrimiento por la que cada año consideran una inminente crucifixión del territorio que habitan, pero que cada vez soportan con menos esperanza de una nueva resurrección de ese tesoro natural que los rodea.

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