Autor : Nathalia Baena Giraldo
Espeletia hartwegiana + Observación macroscópica de crecimiento fúngico y vista microscópica en 100x. A. Acremonium. B. Mucor. C. Rhizopus. D. Rhizopus. E. Cyphellophora.
Una reciente investigación demuestra que la interacción e intervención humana, además del acelerado cambio climático, están causando afectaciones severas en los frailejones quindianos.
Colombia tiene el 50 % de páramos de todo el mundo y el 80 % de las especies de frailejones a nivel mundial. La importancia de los páramos radica en la variedad de componentes bióticos (organismos vivos que influyen en la forma de un ecosistema) que tienen. Uno de ellos es el frailejón, que tiene la capacidad de capturar y retener grandes cantidades de agua, además de regular la temperatura del suelo y ser el hábitat de una gran variedad de fauna y flora.
En el departamento del Quindío, exactamente en el páramo “El Campanario”, en el alto de La Línea, se encuentra uno de los hogares de esta especie endémica llamada Espeletia hartwegiana, la cual ha venido presentando afectaciones en sus láminas foliares como pérdida del color de la hoja, muerte de su tejido corporal y marchitamiento, síntomas que la conducen, entre otras cosas, a la pérdida progresiva de su población.
¿Qué podría estar causando dicha sintomatología? Fue la pregunta que se hicieron las estudiantes investigadoras del programa de Biología de la Universidad del Quindío, que realizaron la investigación llamada “Aislamiento e identificación de hongos filamentosos asociados al frailejón (Espeletia hartwegiana) en el páramo ‘El Campanario’, Quindío, Colombia” en la que hallaron la presencia de cuatro hongos y agentes infecciosos, dos de ellos fitopatógenos.
Un hongo fitopatógeno genera enfermedades infecciosas en las plantas a través de disturbios en el metabolismo celular. El impacto varía según el tipo de microorganismo, prioridad científica y ecosistema. El crecimiento de los frailejones es lento: al año, un individuo puede crecer de uno a cuatro centímetros. Entonces, cuando un hongo fitopatógeno ataca desde temprana edad, no permite su crecimiento ni reproducción.
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La interacción antropogénica y sus consecuencias
Las investigadoras Elizabeth Coronado García, Sarai Sandoval Lafont y Vanesa Gálvez Sepúlveda decidieron colectar hojas sintomáticas y asintomáticas en dos zonas de ‘El Campanario’: zona (1) de alta intervención e interacción humana, y zona (2) con baja o nula interacción humana, pero con alta vegetación.
Dentro de los hallazgos, explicaron las investigadoras uniquindianas, fue posible evidenciar que, dentro de los cultivos mixtos obtenidos, “la zona 1 presenta gran crecimiento fúngico (hongo) en las hojas sintomáticas, de las cuales se encontraron cuatro colonias filamentosas; en la asintomática el resultado fue de una colonia del mismo tipo”.
En la zona 2, continuaron las estudiantes, “se observó poco crecimiento de hongos fitopatógenos en la hoja sintomática, y en la asintomática no hubo ningún tipo de crecimiento microbiano, por lo que consideramos que la interacción humana y el cambio climático acelerado pueden estar contribuyendo al aumento de daño de esta especie”.
Fue entonces, a través de observaciones macroscópicas y microscópicas, que las investigadoras lograron identificar los géneros Rhizopus, hongo ambiental; Acremonium, hongo endófito; y los fitopatógenos Mucor y Cyphellophora, siendo estos últimos los posibles causantes de las lesiones a la especie Espeletia hartwegiana.
El cambio climático ha transformado la fisionomía del frailejón
Los cambios fisiológicos a los que se enfrenta un frailejón, a causa del cambio climático, son daño celular, deshidratación, inhibición de la fotosíntesis y alteración del equilibrio hídrico. Entonces, manifestó Sandoval Lafont, “si la planta presenta sintomatología a causa de esos hongos y si le sumamos el impacto del cambio climático, se deshidrata y genera pérdida de agua. Lo que impacta no solo a esta especie, sino al ecosistema del páramo de ‘El Campanario’ y a los paisajes paramunos del departamento del Quindío”.
Según el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), el cambio climático se acrecentará, pronosticando un aumento de temperatura de 2.5 a 4.5 °C para el año 2100, lo que significa que el frailejón se enfrentará a una mayor exposición de radiación solar, además habrá una disminución en su crecimiento y en su distribución.
El IPCC también señaló que posiblemente la resiliencia y resistencia de ecosistemas como el páramo sean superadas en este siglo por una combinación sin precedentes de disturbios tales como el cambio climático, perturbaciones asociadas a este (sequías, fuegos, invasión de especies exóticas, inundaciones) y otros factores como organismos oportunistas (hongos endófitos), cambios en el uso del suelo, contaminación y sobreexplotación de recursos.
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Dentro de los servicios ecosistémicos más importantes que brindan los frailejones se encuentran su actuación como sumideros de carbono, de manera que ayudan a mitigar el cambio climático al absorber y almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono. Asimismo, contribuyen a la regulación hídrica de los ecosistemas, captando y moderando la escorrentía del agua y, finalmente, dan hogar y alimento a algunos animales y protegen los suelos de los páramos contra la erosión.
La investigación permitió confirmar, además, que la presencia de la sintomatología de las láminas foliares, a causa de hongos fitopatógenos, aumenta el estrés de esta especie provocando un deterioro en su fisionomía y consecuencias significativas en la conservación del recurso hídrico para nuestro territorio.
