Autor : Alberto Gómez Mejía/ Especial para Nueva Crónica Quindío
![Los cocúlidos inspiraron los relojes cucú](https://www.cronicadelquindio.com/files/noticias/202311090805284.jpg)
fotografías alejandro grajales birding &herping
Hugh Edwin Strickland fue un geólogo inglés de intensa actividad científica y quien murió tempranamente en 1853 a los 42 años, atropellado por un tren cuando estudiaba unos cortes geológicos cerca de la antigua ciudad de Retford, en el centro de Inglaterra.
Hizo este científico un aporte significativo a la taxonomía al elaborar la primera codificación formal del principio de prioridad, conforme al cual el nombre inicial asignado a un organismo biológico tiene prevalencia y es precisamente la base de la estabilidad de la nomenclatura biológica. Dos años más tarde, en 1855, fue publicado su trabajo ‘Sinónimos ornitológicos y tiempo después su colección de 6.000 aves fue entregada a la Universidad de Cambridge.
Fue precisamente Strickland quien en 1852 había asignado al cuco enano dentro del género Coccyzus, acuñado a su vez por el célebre ornitólogo francés Louis Pierre Vieillot en 1816.
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Luego los científicos concluyeron que el género correcto era Coccycua, proveniente del griego κωκὐω, kokyo, ‘llorar’. Este género había sido concebido en 1830 por el ornitólogo francés René Primevère Lesson.
El epíteto específico escogido por Strickland fue pumila, palabra que viene del latín pumilius, que significa ‘enano’, debido al tamaño del ave. Son las especies más pequeñas dentro de la subfamilia Coccyzinae.
Su denominación científica actual es por lo tanto Coccycua pumila. En inglés se le llama Dwarf Cuckoo, que traduce ‘cuco enano’.
Pertenece a la familia Cuculidae, de distribución cosmopolita, familia descrita en 1825 por el ornitólogo irlandés Nicolás Aylward Vigors, en la que están incluidos 33 géneros. Su nombre hace referencia al canto del pájaro cucú, reproducido en los famosos relojes alemanes.