Autor : Daniel Alejandro Restrepo Tabares
Foto : ALEJANDRO GRAJALES, BIRDDING & HERPING
De acuerdo con especialistas en aves, esta especie pasó a la categoría de vulnerable lo que indica que aun existe la alarma y el llamado a seguir implementando trabajos de conservación.
El loro orejiamarillo, especie emblemática del país y que suele surcar los cielos quindianos, ha sido beneficiado con un trabajo importante de recuperación lo que le ha permitido salir del estado En peligro crítico de extinción (CR) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a estado Vulnerable (Vu).
Esta noticia tan importante para la biodiversidad fue dada a conocer por el campesino del cañón de Anaime en Cajamarca, Tolima, e integrante de la Fundación Muisca, Diego Espitia, quien desde hace varios años viene trabajando en la recuperación de esta especie.
Espitia está adelantando desde hace algún tiempo, un seguimiento poblacional de esta ave y señaló que la situación del loro orejiamarillo en Quindío y Tolima, muestra cifras positivas debido a los trabajos de conservación y la disponibilidad de nidos, lo que ha permitido reportar su presencia en varios municipios de la región, inclusive con monitoreo satelital.
Pese a la recuperación el llamado de Diego Espitia es a proteger la Palma de Cera que es el hogar del loro orejiamarillo. Hay que mencionar que en 1998 había mucha preocupación porque solo se había encontrado un grupo de 80 ejemplares de loro orejiamarillo en Roncesvalles, Tolima, y estaba catalogado como En peligro crítico de extinción (CR). En 2018 ya se había hecho un conteo de más de 3.000 de estos loritos por lo que se cree que la recuperación ha sido exitosa.
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¿Por qué se recuperó?
De acuerdo con Sergio García Murcia, licenciado en Biología y educación ambiental y experto en aves, la recuperación del loro orejiamarillo se ha logrado por varios factores: el principal es porque hace muchos años había muy pocos observadores de aves y ornitólogos, entonces la probabilidad de detección de la especie en los hábitats montañosos era muy poco probable.
“En la medida que ha pasado el tiempo han aumentado los observadores de aves y los investigadores han ido a más lugares y han descubierto la especie en muchos más lugares, entonces eso hace que se tengan en cuenta esas poblaciones que antes eran desconocidas”, expresó el experto en aves.
Dijo que también algunas entidades han desarrollado actividades de monitoreo e implementación de nidos artificiales, lo que también ha llevado a la recuperación de las poblaciones en esas localidades donde se conocían desde un inicio.
“Otras estrategias de conservación es que se sabe que la especie está muy ligada a la Palma de Cera y ya hay una mayor sensibilización de las personas por ejemplo en Semana Santa a que no utilicen la palma porque es el hábitat del loro y alimenta otras especies”, indicó García Murcia.
El experto en aves explicó que el cambio de estado de conservación es dado por la UICN que es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y para cada país se siguen varios parámetros.
Además, se tiene una categoría de amenaza nacional. “Por ejemplo en el caso de las aves las dan los libros rojos de aves de Colombia que son dos versiones bajo varios parámetros como por ejemplo si la especie tiene una distribución amplia, qué tan dependiente es a un hábitat, cuáles son los tamaños poblacionales, sus tendencias poblacionales y se hacen unas proyecciones a futuro. Con esos análisis y en la medida que se tengan muchos datos la evaluación del riesgo de extinción va a ser mucho más precisa”, precisó el experto.
Dijo que en el caso del loro orejiamarillo antes estaba En peligro crítico de extinción (CR) que es la última etapa antes de la extinción, pero por todos los factores como el que se descubrió en otras localidades, que la especie se monitorea, se hacen censos, se ha logrado recuperar en algunas localidades las poblaciones por el establecimiento de nidos artificiales, “todos esos datos ya se hacen los análisis y se puede proyectar que la especie tiene números poblacionales ya no tan graves como para estar en peligro crítico, sino que saltó dos categorías y pasó a vulnerable, que aun así es un estado de alarma que dice que la especie está pasando algo con ella”, puntualizó García Murcia.
