Nelson Cárdenas PolanÃa -vestido de blanco- con un grupo de jóvenes artistas de la región.
Este docente de profesión se ha destacado en la región por ser, junto a maestros como como Jaime Robayo Muñoz, uno de los precursores de la danza.
Nelson Cárdenas Polanía realizó sus estudios de básica primaria en la escuela Jesús María Ocampo y el bachillerato en el Rufino José Cuervo Centro de Armenia. Además hizo su licenciatura en educación básica en la universidad del Quindío. Finalizado el año escolar se retira de su labor como docente que desempeñó con gran trascendencia en diferentes colegios de Armenia en el área artística en especial en el fomento de la danza y por su arduo y representativo trabajo será homenajeado en Fundanza en una ceremonia que se cumplirá hoy a las 7:00 p.m. en el teatro de esta última institución.
¿Cómo y cuándo inició a trabajar en el campo de la danza en el departamento del Quindío?
Yo inicié a trabajar este arte en 1972 haciendo un programa de alfabetización en la escuela Nueva Granada del barrio El Placer de la capital quindiana. A raíz de eso la alcaldía se fijó en mí y en el trabajo que realizaba y me invitó para que comenzara a conformar el grupo de danzas Ciudad Milagro y con ese grupo participé en Armenia en el concurso Polímeros que se realizaba en Armenia y en esa primera ocasión recuerdo que ganó un conjunto de Quimbaya.
¿Después de esto, en dónde siguió trabajando las danzas?
Posteriormente me vinculé con la institución educativa Nacional Jesús María Ocampo, en donde comencé a trabajar con el grupo de danzas conformado por estudiantes, además también lo hice en el Rufino José Cuervo Centro.
¿En ese entonces como fue el proceso para vincular a los estudiantes a esta práctica?
Nosotros lo que hacíamos era invitar a los estudiantes que realmente quisieran aprender la danza durante su tiempo libre. Había mucha motivación por esta actividad y estímulos en la materia de artística. En el Nacional y el Rufino Centro y Sur se conformaron grupos representativos que coordiné simultáneamente entre los años 1973 a 1989 aproximadamente. Además de estos también estaba a cargo de los jóvenes de danzas del colegio San José Hermanos Maristas, el del magisterio, conformado por profesores del la región; el de la casa de la cultura de Calarcá y el del colegio Baudilio Montoya. Con estos tuvimos muchas actividades culturales en diferentes localidades y en las mismas instituciones.
¿Cómo fue su experiencia trabajando en el Nacional?
Con este grupo tuve muchas satisfacciones. Estuve representando no solo el colegio, sino al departamento en eventos nacionales como el Festival Folclórico de Ibagué, el Reinado Nacional del Bambuco, en Neiva. Asimismo comenzamos a hacer trabajos en todos los municipios de este departamento y en Calarcá comenzamos la realización del Reinado Nacional del Café.
¿En esa época qué otros profesores recuerda que estaban enseñando danza?
Inicialmente, cunado empecé, mi profesor fue Jaime Robayo Muñoz, pero cuando él se fue para Cali, yo quedé a cargo de las danzas en los colegios de la región. 1979 llegó James González y se vinculó con varias escuelas y el colegio Inem y así fue el nacimiento de Fundanza. Por mi parte, seguí con la casa de la cultura de Calarcá hasta el año 2005 aproximadamente y con el Nacional justo hasta este año laborando en la parte artística y cultural.
¿En ese tiempo por qué la danza era tan prolífera?
La danza era prolífera porque en esos años los rectores de las instituciones académicas y las alcaldías apoyaban mucho este tipo de actividades.
¿Por qué ha cambiado este aspecto o el gusto de los jóvenes por este arte?
En mi concepto considero que los medios de comunicación influyeron mucho, ya que con el auge de estos comenzó a llegar a esta región música extranjera y los estudiantes comenzaron a interesarse más por estos ritmos que por los propios. En este momento Fundanza está haciendo un trabajo muy importante para recatar esto y con la creación del bachillerato artístico se está evidenciando un movimiento cultural sensacional. Esto está reviviendo el amor por el folclor y por lo autóctono.
¿Considera que además decayó el apoyo de los entes gubernamentales?
En parte sí. Determinadas alcaldías y gobernantes dejaron de brindar apoyo a las actividades de este tipo, aunque con la creación del ministerio de Cultura comenzaron a llegar ayudas para este campo y poco a poco se está rescatando todo lo cultural.
¿Cuál sería la importancia de rescatar todos estos procesos en especial el de la enseñanza de danza en los colegios?
Realmente sería una labor interesante. Es muy importante que los estudiantes vuelvan a retomar estas actividades ya que son muy productivas y fortalece la cultura en general y la formación integral. Además se genera un sentido de pertenencia más fuerte por las instituciones, la región y el país.
Durante muchos años se ha caracterizado por hacer parte de diferentes festivales. ¿Sigue asistiendo a eventos?
En este momento estoy muy feliz por mi retiro laboral, no por dejar de hacer el trabajo que hacía, sino porque voy a tener más tiempo para poder asistir a más eventos y festivales que se realizan en Colombia y dentro de la agenda ya está ir en enero al Festival de Blancos y Negros en Pasto, Nariño; y en Febrero en el de Barranquilla en el que siempre quise estar, pero por cuestiones del cargo de docente en el colegio nunca había podido ir.
¿Retirado de la docencia como tal, le gustaría retomar la pedagogía enfocada en la danza?
Sí, está la posibilidad de seguir laborando con Fundanza en la parte de la difusión, acompañando a los grupos representativo s que van a los diferentes festivales y con la tercera edad pienso conformar un proyecto digno de mostrar a nivel nacional, lo que se facilita por la disponibilidad de tiempo que tengo.
