Autor : Ernesto Acero Martinez
Foto : Cortesía Parroquia Los Santos Apóstoles
Para el mundo católico, el segundo día del Triduo Pascual muere en la cruz quien ofreció su vida por los demás.
Avanza la Semana Santa, puede considerarse el día viernes como el centro del año litúrgico. Después de la entrada victoriosa a Jerusalén, cenar con los apóstoles y padecer la traición de uno de sus discípulos, Jesús comienza la dolorosa ruta al Gólgota en los extramuros de la ciudad en la que días antes lo habían recibido batiendo palmas.
Las 7 palabras pronunciadas por quien fue crucificado en el Lugar de la Calavera, antes de entregar su espíritu, constituyen una lección de vida. Dos mil veintitrés años después, los cristianos y católicos escuchan con devoción y padecen lo vivido por quien resucitó al tercer día.
Se preparan pues, los fieles, este Viernes Santo, como cada año, para escuchar: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Pater dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt), “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso), “¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!, ¡Ahí tienes a tu madre!” (Mulier ecce filius tuus [...] ecce mater tua), “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”, (¡Elí, Elí! ¿lama sabactani?), “Tengo sed”, (Sitio), “Todo está consumado” (Consummatum est), “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Pater in manus tuas commendo spiritum meum).
El padre Jeisson Henao Herrera, párroco de Los Santos Apóstoles, iglesia ubicada en barrio Yulima de Armenia, recuerda que el Triduo Pascual es una sola celebración, que empieza con la Cena del Señor el jueves, sigue con la acción litúrgica de la pasión y la muerte el Viernes Santo a las 3 p. m. y termina con la Vigilia Pascual el Sábado Santo. “El viernes está cargado de una realidad penitencial de la cual el centro es la cruz, hay algunas acciones litúrgicas fuera de la principal que es a las tres de la tarde. Normalmente en las parroquias realizamos el recorrido del Santo Viacrucis, el camino de la cruz, que es muy tradicional en nuestro territorio; luego, en la noche, se va a hacer el Sermón de las Siete Palabras, y la procesión del Santo Sepulcro”, acota el sacerdote.
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La acción litúrgica central de este día santo ocurre a las 3 p. m. porque, coinciden los evangelios, fue la hora en la que el Señor exhaló. Todos los evangelios nos van a decir que hacia la hora nona (3 p. m.), el Señor exhaló. “Es una celebración muy sobria, empezamos en silencio y el sacerdote que preside entra hacia el altar, se postra delante del altar con vestiduras rojas y luego introduce directamente a la liturgia de la palabra donde escucharemos de manera especial la Pasión del Señor, muchas veces proclamada entre tres lectores. El segundo momento es la adoración de la cruz, donde veneramos la cruz, no como un árbol de muerte, sino como ese paso necesario para alcanzar la salvación. Se ponen sobre el altar las especies eucarísticas del pan y se distribuye la comunión a todos los fieles; terminada la ceremonia, el sacerdote se alejará sin dar la bendición, se retira en silencio porque recordemos que es el segundo momento del Triduo Pascual, por eso no empieza con la invocación trinitaria como lo hacemos habitualmente en cualquier celebración, ni termina con la bendición como lo hacemos en las otras celebraciones, es decir, hasta ese momento la misa no ha terminado, luego terminaremos con la celebración de la Vigilia Pascual el sábado en la noche”, explica el religioso.
La Iglesia católica propone para esta fecha ayuno y abstinencia. Es un día en el que, según confirma el padre Jeisson, la invitación es al autocontrol. El ayuno es una preparación para el encuentro con el Señor, reconociendo que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jesús; es un día para estar tranquilos y reflexionar. “Para nosotros los cristianos, la cruz es el paso obligatorio para entrar a la resurrección, no solamente pensar en el misterio de la cruz de Cristo sino pensar nuestras propias cruces y cómo yo voy abrazando los sufrimientos, las dificultades que tengo en la vida”, explicó el predicador del barrio Yulima.
El Santo Viacrucis
Es un acto de devoción popular, que reúne a los fieles en torno al recorrido que hizo Jesús con la cruz hasta llegar al monte del Calvario. Son 12 estaciones, se extraen de los diferentes evangelios, a través de los cuales se va meditando el misterio de la salvación. Aunque es un rito de profundo arraigo, no constituye el acto central del Viernes Santo. La celebración a la que no deben faltar los católicos ocurre a las 3 p. m.
Las Siete Palabras
El presbítero Henao Herrera explica que las Siete Palabras, según narran los evangelios, fueron pronunciadas por Jesús: “Nos llenan de esperanza y de aliento, nos permiten encontrarnos con el Señor. Yo quisiera quedarme con la quinta: ‘tengo sed’, tan conocida por todos, Jesús, el creador, por quien todo fue creado, siente sed, sed física, pero también podríamos decir que tiene sed de nosotros, tiene sed de nuestra conversión, tiene sed de que nosotros vayamos a su encuentro, nosotros tendríamos que sentir la misma sed e ir al encuentro del Señor. Cuando encuentra a Dios, el hombre calma la sed. La palabra de Dios es viva y eficaz, no solamente estas 7 palabras, sino toda la palabra de Dios, todas las sagradas escrituras, por eso cuando yo voy al templo y escucho la palabra de Dios proclamaba en los evangelios o en las diferentes lecturas de la eucaristía, es una palabra que se actualiza en mi vida, en mi hoy, en lo que está sucediendo”.
Programación en Los Santos Apóstoles
Viernes Santo
7:30 a. m. procesión del Santo Viacrucis. Salida, CRQ.
3 p. m. Celebración litúrgica de la Pasión del Señor.
7 p. m. Sermón de las Siete Palabras.
Sábado Santo
6 p. m. Homenaje a la Virgen María, serenata a María y Santo Rosario.
8 p. m. Solemne Vigilia Pascual. Bendición del fuego y del agua.
