Las opiniones expresadas por los columnistas son de su total y absoluta responsabilidad personal, no compromete la línea editorial ni periodística de LA CRÓNICA S. A. S.
Mientras el año avanza es el momento de que los empresarios y emprendedores revisen las metas que se propusieron a principio de año, como forma de tomar decisiones y cerrar brechas, para enfrentar situaciones como la reciente crisis por la caída del puente de El Alambrado o la suspensión del gas que afectó a casi todas las empresas, en gran manera por falta de planes de contingencia de la empresa GTI. El ambiente empresarial en Colombia es uno de los más fuertes en la región y el mundo, debido a los constantes cambios y los efectos de la corrupción y las situaciones naturales o sociales que solo pasan en el país. El país y la región debe dejar de pensar en pequeño, eso no nos lleva a nada, situación que ha cambiado en regiones como Valle, Caldas y hoy en Risaralda que se proyecta como líder en el mercado latinoamericano con sus diferentes empresas. No podemos seguir sosteniendo el tejido empresarial y el empleo, solo con famiempresas de 1 a 10 empleos, a diferencia de una gran empresa de 4.000 empleos distribuidos en tres turnos 24 horas, de las cuales hoy solo se tienen unas cuantas.
Este tipo de empresa atrae tecnología a la región, conocimiento, inversión desarrollo y progreso, tenemos el potencial, tierras planas, talento de muy buena calidad, posición estratégica, pero se requiere pensar en grande, dejar el egoísmo, el protagonismo y el individualismo de las entidades públicas y privadas. En un país con 1.620.000 empresas de las cuales 98.2 % son micro y pequeñas, mientras solo el 7 % son medianas y grandes empresas. Si queremos ver progreso en la zona urbana y el potencial empresarial de la zona rural, es necesario el uso de herramientas de datos como la Encuesta Integrada de Hogares, la Encuesta de Calidad de Vida y el uso de tendencias que permiten visualizar nuevos negocios en la región. El empresario debe aprender a enfrentar los riesgos que se presentan como la perdurabilidad de las empresas, las quiebras de proveedores, cambios regulatorios, el cibercrimen, los conflictos globales y los desastres naturales. Con un consumidor más educado, con poco poder adquisitivo, pero que apoya y juzga las empresas que no son transparentes y se aprovechan del consumidor. Las empresas actuales y las nuevas deben ser muy competitivas si quieren sobrevivir en un mercado de constantes cambios, ya sea desde el más pequeño de los negocios hasta la gran empresa. Deberá aprender a manejar los momentos de alta inflación, de recesión que se han visto los últimos meses, o los problemas con la cadena de suministro y el desempleo. Pero con grandes oportunidades en la industria del cannabis, Hard Discount, limón Tahití, aguacate, energías renovables, telecomunicaciones, con sectores donde se acelerado el proceso de digitalización como las telecomunicaciones, turismo, hotelería energía y el sector agropecuario. Y usted ¿cómo piensa en grande o en pequeño?
