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El pasado 9 de abril, los mandatarios territoriales cumplieron sus primeros 100 días de gobierno, liderando procesos administrativos en gobernaciones y alcaldías; es de suponer que alcaldes y gobernadores deben realizar audiencias públicas para la rendición de sus primeros informes, donde revelen a la comunidad el estado en que recibieron sus administraciones, lo relacionado con proyectos, obras, el componente económico, endeudamiento, gastos, inversión, seguridad ciudadana, servicios públicos y movilidad. En el Quindío, llama la atención que tanto el gobernador Juan Miguel Galvis Bedoya, como los alcaldes de Armenia, James Padilla García, de Calarcá, Sebastián Ramos, y los restantes mandatarios han evitado controvertir a sus antecesores, en aspectos como el fiscal, el abandono de algunos proyectos y el retraso en obras prioritarias para la comunidad; dos o tres ejemplos son suficientes: los escenarios deportivos, que bajo la responsabilidad del gobierno de Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas debieron construirse para los juegos nacionales y paranacionales en noviembre 2023, pero no ocurrió así; sin embargo, el gerente de Proyecta de ese entonces Lucas Jaramillo Cadavid, quien a través de informes maquillados le mintió a la prensa regional y la asamblea del Quindío, haciéndoles creer que estarían listos para esas justas deportivas; bien es conocido que no fue así; sin embargo, hasta el momento ese incumplimiento no ha sido cuestionado por la administración de Galvis Bedoya, por el contrario la gerente de Proyecta, Lina Marcela Roldán Prieto, ha afirmado en varios medios de comunicación que, la demora en la ejecución de las obras deportivas, se debe a la falta de recursos, ya que se requiere una adición presupuestal superior a los dieciséis mil millones de pesos para continuar y finalizar las piscinas olímpica y semiolímpica, y el centro multipropósito del deporte; asunto que es verdad, pero también es cierto que a la administración anterior le faltó capacidad de gestión y mayor control a los gerentes de Proyecta, pues Pablo César Herrera fue vinculado a la red de corrupción conocida como las Marionetas, y Lucas Jaramillo Cadavid anunció resultados administrativos eficientes, cuando la realidad era otra totalmente distinta. En lo relacionado con Calarcá sucedió igual, Luis Alberto Balsero Contreras, tuvo un muy discreto desempeño en su administración, con proyectos difusos, con cero inversión social, famélica capacidad de gestión, aunque tramitó préstamos para inversión social y en infraestructura que ejecutó a medias, y en lo relacionado con la “recuperación” del manejo de los servicios de acueducto y alcantarillado en poder de Multipropósito durante 20 años; lo que sucedió realmente fue que no se renovó el contrato, cuya finalización se dio en el último año del mandato de Balsero Contreras, para lo cual no se requerían habilidades administrativas, simplemente cumplir la normativa; era cuestión de esperar pacientemente que llegara la fecha de finalización de la concesión y listo. En Armenia, José Manuel Ríos Morales anunció la creación de las secretarías de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y de Familia, aunque las incluyó en su programa de gobierno no fueron creadas; James Padilla García aún no se ha pronunciado al respecto, aunque al parecer en su plan de desarrollo serán incluidas.
