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El POT es la ley que le permite a los municipios colombianos planificar y ordenar la gestión del territorio. Entre sus fines está atender los procesos de cambio en el uso del suelo y adecuarlo en aras del interés común, procurando su utilización racional en armonía con la función social de la propiedad a la cual le es inherente una función ecológica, buscando el desarrollo sostenible. La función pública del ordenamiento del territorio, define unos momentos y tiempos de vigencia de la norma, y en Armenia según el acuerdo 019 de 2009, el POT terminó su vigencia el 31 de diciembre de 2023.
Aprovechando que Armenia no puede quedarse sin una norma que la ordene porque la misma ley le da “respiración artificial” hasta que se actualice o haya un nuevo POT, el alcalde presentó al Concejo municipal un proyecto de “modificación excepcional” a la norma urbanística, que es “una partecita” del POT, modificación que no propone una revisión estructural ni toca aspectos normativos de la columna vertebral de la visión del territorio. Entonces, ¿dónde está la excepcionalidad de lo presentado?.
La administración tomó como base el decreto nacional 1232 de 2020 que dice que “las modificaciones de la norma urbanística se pueden hacer en cualquier momento”, pero “cualquier momento” en que el POT del 2009 estaba vigente según lo señala ese mismo decreto 1232, y no en el momento que la administración quiera, porque el POT del 2009 venció en 2023.
Esas modificaciones “excepcionales” de norma urbanística, que la administración presentó al Concejo, no pueden ampliar los términos de vigencia de los planes de ordenamiento territorial ni la de sus componentes o contenidos. La alcaldía debería darle a los ciudadanos un nuevo POT, porque las condiciones hoy son distintas a las de antes, la ciudad ha cambiado y transformado, hay más edificios, se modificó el núcleo familiar, hay un agresivo cambio climático, y debería analizarse si Armenia requiere más vías o más espacio pues el 98% de sus habitantes (309.474, DANE 2024) viven en la zona urbana.
Con un POT vencido, los armenios merecen del alcalde y el concejo una actuación sensata frente a la visión del ordenamiento físico del territorio, comprometidos con la ciudad, haciendo una revisión y modificación estructural o de largo plazo, con un nuevo POT que responda a las dinámicas presentes, que le determinen el desarrollo urbano y rural sostenible con realidades presentes y proyectadas, mirando hacia sus próximos 12 años y la celebración del sesquicentenario. No le regalen más retrasos a Armenia. Y cero preocupaciones; la ley permite seguir aplicando (no modificando) el acuerdo vencido mientras surte efectos el nuevo proceso (P.O.T.) que actualiza la norma de ordenamiento del territorio.
Punto seguido: Palabras de indígena NASA: “Antes de ordenar el territorio, ordenemos primero nuestra cabeza”.
Punto y coma: José Ignacio Rojas, concejal, argumentó “conflicto de intereses” que le impiden debatir el POT. Siendo así, Ignacio elegido alcalde, tampoco podría presentar un nuevo POT, lo mismo que James Padilla alcalde, que como concejal lo aprobó. Pregunten ese “conflicto” a la Procuraduría. Si José Ignacio se inhibe de entregarle ese inmenso conocimiento a la ciudad siendo quien más sabe del tema en Armenia, sería preferible que renuncie al Concejo.
Obituario: Falleció Octavio Guzmán Baena, prominente científico calarqueño. “Su mente iluminó los misterios del átomo, desentrañando secretos que desafían la imaginación. Hoy, las estrellas cósmicas lloran su partida, pero su legado resplandecerá en el firmamento del saber. (Jhon Jairo Salinas).
